Hagamos una lista

Toma una hoja de papel y divídela en tres columnas: En la primera columna escribe el nombre de las personas con las que convives, esos a los que acostumbras llamar amigos, aunque sólo sean los vecinos o compañeros del trabajo.  Aquellos con los que acostumbras pasar más tiempo.

Ya que hayas terminado con la lista de las personas de quienes te rodeas, en la segunda columna pon como título “positiva / negativa” y en la última columna escribe como título “¿Es bueno para mí?”

Ahora, analicemos, uno a uno.

Detente en cada uno de los nombres de tu lista y respóndete sinceramente las siguientes preguntas:

Cuando estoy con esta persona…

• ¿Qué tipo de conversaciones tenemos?
• ¿Qué tipo de expresiones decimos?
• ¿Cómo hablamos?
• ¿Qué vocabulario usamos?
• ¿Qué me hace leer?
• ¿A dónde me lleva?
• ¿En qué me convierto?

De acuerdo a tus respuestas (que deben ser sinceras, son sólo para ti y sería absurdo engañarte a ti mismo), califica tu relación con esa persona como positiva o negativa y escribe tu respuesta en la segunda columna.

Finalmente, en la tercera columna, y pensando en tus metas personales y el éxito que deseas tener, responde si esa relación es o no buena para ti.

Quizás te sorprendas al darte cuenta de que has invertido muchas horas de tu vida conviviendo con personas que en realidad no están aportando a tu éxito… incluso hay quienes bloquean tu progreso y posiblemente no lo habías considerado.

Recuerda que tu tiempo es un bien limitado y altamente valioso.  Inviértelo en las personas correctas.

Aléjate de la gente tóxica, pesimista, conflictiva, conformista y quejumbrosa.

Para volar con las águilas, debes dejar de rascar la tierra con las gallinas.

Rodéate de personas que influyan positivamente a tu vida.  Asóciate okcon emprendedores, con personas optimistas, proactivas y que estén buscando superarse día a día.  Aprende de la gente exitosa.

Y tú ¿ya hiciste tu lista?