Según cuenta la cultura popular, el susto es una alteración del alma que se produce cuando una persona se espanta por algo, como un fantasma, un accidente, una amenaza, etc. Aunque se sabe que el susto puede causar síntomas físicos y emocionales ¿será posible morir del susto?
Contaban las abuelitas que había que curar inmediatamente de susto a las personas que habían sufrido de un trauma o miedo tan intenso que de no hacerlo decían que a los pocos días podían morir, porque se le había salido el espíritu.
Los síntomas físicos y emocionales que puede causar un susto son en el momento del sobresalto: taquicardia, escalofríos, piel de gallina y aumento de la presión arterial y después del sobresalto se dice que pueden perder el apetito, tener insomnio, nerviosismo, debilidad y tristeza profunda, como si se les hubiera escapado el alma.
Veamos el siguiente caso que llegó de manera anónima a nuestro grupo de Mitos y Leyendas de Monterrey y del Mundo en donde un guardia de seguridad de una colonia privada murió de un tremendo susto, la historia la cuenta uno de sus compañeros quien prefirió no dar su nombre por razones obvias.
Eventos que aún me persiguen en mis pesadillas
El joven nos cuenta que: “Durante mi tiempo como guardia de seguridad en una colonia de circuito cerrado, experimenté eventos que aún me persiguen en mis pesadillas”.
“La colonia colindaba con un cementerio y, en plena madrugada, alrededor de las tres de la mañana, solíamos ver sombras oscuras, atravesar el muro perimetral y dirigirse a una casa que se encontraba abandonada, se escuchaba mucho ruido que provenía de ahí y era tanto que era insoportable, lo que llevó a algunos vecinos a presentar sus quejas”.
“Mi jefe envió a un supervisor, un hombre de mal carácter, para investigar. Le advertí que no fuera, pero desoyó mi consejo y, armado, se aventuró a investigar lo que había en la casa”.
Dándoselas de valiente y sin escuchar consejos el supervisor acudió con una pistola en la cintura, pero esa noche tomó la peor decisión que poco después le cobraría con su vida.
“Sin embargo, lo que presenció dentro de ese lugar lo aterrorizó de tal manera que salió corriendo, subió a su motocicleta y huyó”. Desde ese momento ya no regresó al trabajo, “a la semana, nos enteramos de que había caído enfermo y, trágicamente, falleció. La noticia nos dejó atónitos”.
“La muerte de nuestro supervisor marcó un antes y un después para todos nosotros. Sin dudarlo, renunciamos a nuestros trabajos y juramos no volver a poner un pie en ese lugar maldito”.
Antes de comprar su casa en una colonia privada revisen bien que el lugar no sea visitado en las noches por brujas y fantasmas.
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