Para nadie es un secreto (ni tiene por qué serlo), que personalmente, estoy en declarado desacuerdo con el gobierno federal que, en este momento y desde hace ya casi tres años, tenemos en México.
Sin embargo, sé que, aún la peor de las circunstancias, todo tiene su lado bueno, incluso el actual gobierno. Sólo es cuestión de saber desde qué ángulo verlo y decidir la manera en que nos es más conveniente reaccionar.
Tengo la invaluable fortuna de contar con muchos contactos, muchos conocidos y uno que otro amigo real. Todos y cada uno de ellos, tienen el preciado derecho a pensar por si mismos con total libertad… Incluso, tienen libre albedrío para renunciar a ese derecho y defender las convicciones de alguien más
Experiencias y lecciones
Aplicando la psicología inversa, estoy aprendiendo muchas cosas positivas del actual gobierno. Observo a los integrantes del gabinete y entonces decido cuáles son las acciones y actitudes que bajo ninguna circunstancia debo imitar.
Y entonces, descubro que la verdadera transformación no viene de un buen o mal gobierno, sino que el cambio se da en mi interior, por amor y respeto a mi misma, a las personas que me rodean, a mi maravilloso México y por el sublime deseo de hacer de este planeta un mundo mejor.
Estoy aprendiendo a respetar a quienes piensan diferente a mi y tienen conceptos opuestos a los míos. Aunque no niego que me siento feliz al ver que cada día son más las personas que están reconociendo sentir cierto desencanto y tenemos más puntos de vista en los que podemos coincidir.
Estoy aprendiendo a ser tolerante con quienes intentan discutir con frases trilladas, sin argumentos reales, con insultos vulgares, con fanatismo ciego… Al fin y al cabo, están en su derecho para decidir a quién seguir… Y yo ejerzo libremente mi derecho de evitar enfrentamientos que no tienen un válido sentido para mí.
Sorprendentes descubrimientos
La polarización de estos últimos tiempos ha sido tan salvajemente extrema, que nos ha tocado ver amistades fracturadas, hermanos distanciados, familias disueltas… Tantos insultos, tanto daño que no tenía por qué ser así.
Personas que creí que tendría siempre a mi lado y en quienes confié desde que era una niña, me han atacado e insultado… Es extraño descubrir lo que los puede definir.
Igualmente sorprendente me resulta la manera en que se ha fortalecido la relación con personas que tienen opiniones completamente opuestas a las mías, y poder reconocer en ellas el valor de la empatía, del respeto, y sobretodo, la manera en que ejercen su derecho de pensar libremente y con sus propios y muy respetables, criterios y argumentos.
El gobierno y sus funciones
Gracias a un gobierno que, en mi personal punto de vista, no ha sabido cumplir con sus funciones, yo he ido aprendiendo a gobernar mis emociones, a controlar mejor mi carácter, a decidir con mayor sabiduría mis acciones y mis reacciones.
Estoy atenta a las acciones del actual gobierno de mi país, no lo evito, no lo ignoro, sin embargo, no es lo que ocupa la mayor parte de mi tiempo, ni de mis pensamientos, mucho menos determina el color que tendrá mi día.
El gobierno más valioso es el que yo tengo y ejerzo sobre mi propia vida, sobre mis emociones, sobre mis pensamientos.
Así declaro, reclamo y hago uso de mi libertad espiritual.
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