Garantizando el fracaso. La pregunta común es algo como: ¿A qué te dedicas?, ¿En qué trabajas?, ¿Cuál es tu meta en la vida?... A cualquiera de estas preguntas quizás tengas una respuesta muy bonita y llena de buenos propósitos, y ya hasta automática… Aunque muy posiblemente sea una respuesta de “cartón”, sin pizca de realidad.
Cuando alguien pregunta ¿Cuál es tu meta en la vida? Es común que la respuesta sea algo como “ser feliz”. Pero frecuentemente, quien da esa respuesta no tiene la menor idea de cómo establecer metas reales porque, para empezar, ni siquiera tiene metas.
Si la respuesta es así, es un cliché, pero no una meta real. “Ser feliz” puede ser una decisión (por cierto, muy acertada), “ser feliz” es también una excelente herramienta para avanzar día a día hacia nuestras metas. Pero en sí, “ser feliz” no es una meta mesurable, puede ser una consecuencia del avance y de lograr nuestros objetivos, pero no es una meta realista.
Comprar esa casa con la que tanto sueñas, es una meta.
Y ser feliz será consecuencia de haberla comprado. Incluso durante el proceso, puedes sentir felicidad, por ejemplo, cada que agregas un poco más al ahorro para comprar la casa.
Hacer abdominales cada mañana, tampoco es una meta. Cada que cumplas con ese objetivo seguramente te sentirás feliz y satisfecho, pero esa no es la meta, es el proceso. Cuando tiempo después te mires al espejo y veas que tienes el abdomen plano y marcado como querías, te sientes feliz por haber logrado tu meta. Nuevamente, “ser feliz” fue consecuencia. Hacer abdominales es el proceso. Tener el abdomen plano y marcado es la meta.
Y si te pregunto:
¿Qué estás haciendo para garantizar tu fracaso en la vida?
Posiblemente te suene extraño y desconcertante. Quizás tu primera respuesta sea “nada” aunque sea por impulso. “Nada” es una respuesta correcta, pues el hacer nada es hacerlo todo para garantizar el fracaso.
Una de las mejores maneras para garantizar el fracaso en la vida es no establecer metas.
Hay muchas razones por las que la gente no establece metas:
- Miedo.
- Baja autoestima.
- No entiende los beneficios de establecer metas.
- No sabe cómo establecer metas.
Ahora te pregunto:
¿Cuál es tu meta en la vida? Con lo que has estado haciendo los últimos 90 días, ¿hacia dónde vas?
¿Estás garantizando tu éxito o tu fracaso?