He pasado por momentos difíciles en mi vida, momentos en los que pensé que no podría seguir adelante, que no tenía sentido luchar, que todo estaba perdido. He cometido errores, he tomado malas decisiones, he dudado de mí misma y de mis capacidades. He sufrido las consecuencias de mis acciones, he llorado, he sentido miedo, he estado al borde del abismo.
Pero no me rendí. No me dejé vencer por la adversidad, por el dolor, por la desesperanza. Encontré el valor para levantarme, para enfrentar mis problemas, para buscar soluciones, para aprender de mis lecciones. Encontré el apoyo y el amor de mi familia, que siempre estuvo a mi lado, que me animó, que me consoló, que me dio fuerzas. Encontré la fe en mí misma, en mi potencial, en mi futuro. Encontré la luz al final del túnel.
Hoy, aquí y ahora, puedo sonreír satisfecha al ver cómo he superado todo ese proceso de capacitación que la vida me dio. Puedo mirar atrás y ver cuánto he crecido, cuánto he madurado, cuánto he cambiado. Puedo mirar al frente y ver cuántas oportunidades tengo, cuántos sueños puedo cumplir, cuánto puedo aportar. Puedo mirar alrededor y ver cuánta gente me quiere, cuánta gente me admira, cuánta gente me sigue.
También me siento fuerte físicamente, después de haber tenido terror al conocer mi diagnóstico y pronóstico de vida, en donde me advertían que día a día el deterioro sería peor. Pero no me resigné. Con disciplina y la magnífica atención de mis médicos, seguí el tratamiento, cuidé mi salud, mejoré mi calidad de vida. Hoy estoy lista para caminar con paso firme y sonoro, para poder mostrarle a quienes conocen mi trayecto que no hay que rendirse, que sí se puede, y que tenemos la oportunidad de ser un buen ejemplo.
Soy una mujer fortalecida, una mujer valiente, una mujer feliz. Y quiero compartir mi historia, mi mensaje, mi inspiración. Quiero decirle al mundo que no importa lo que pase, siempre hay una salida, siempre hay una esperanza, siempre hay una razón para vivir. Quiero decirle a cada persona que me escucha que se atreva a soñar, que se atreva a luchar, que se atreva a vivir. Quiero decirle a cada persona que me lee que se sienta orgullosa de sí misma, que se sienta agradecida por lo que tiene, que se sienta feliz por lo que es.
Soy una mujer fortalecida, y tú también puedes serlo.
