El estrés es una mezcla de reacciones fisiológicas de tensión nerviosa y emocional, debido a presiones ante situaciones o pensamientos que generan frustración, furia, preocupación y miedo. Hasta cierto punto es positivo ya que nos ayuda a estar alertas para resolver situaciones complicadas, el problema es cuando se intensifica prolongadamente, provocando conflictos psicológicos y físicos, generando un estrés crónico que va desde semanas, meses o años, ya sea por problemas financieros, familiares, amorosos, escolares, laborales etc. Provocando crisis depresivas, nerviosas y afecciones físicas como: diarrea, estreñimiento, mala memoria, accidentes, dolores de cabeza, falta de energía o concentración, cuello o mandíbula rígidos, cansancio, problemas para dormir o dormir demasiado, y perdida o aumento de peso, entre otros.
Muchas de las vías para escapar del estrés, es a través del consumo del alcohol, cafeína, tabaco, tranquilizantes o estimulantes. Dichas sustancias en vez de reducirlo lo aumentan, provocando problemas de depresión, ansiedad e hipertensión. El alcohol y el tabaco son comúnmente difundidos por los medios de comunicación, generando creencias y comportamientos aceptables en estas adicciones, las cuales se presentan de manera catastrófica como variante en las principales causas de muertes juveniles.
Según el INEGI, en 2018 las principales causas de muertes juveniles de 15 a 24 años se encuentran las agresiones, accidentes de tráfico y enfermedades del corazón. Culturalmente el alcohol funciona como válvula de escape de las emociones estresantes, pero interviene en el 60% de accidentes de tránsito, detenciones policiacas, agresiones y suicidios. Además según la OMS, las muertes con relación al tabaco es la segunda causa de muerte mundial.
El porcentaje de muertes juveniles duplica en porcentaje a la de adultos de 40 a 44 años y triplica la de los adultos de 45 a 60 años de edad. Para McDougall, el comportamiento juvenil se modifica al formar parte de un grupo, surgiendo una “mente individual”; así surge la idea de que dichos problemas no les pasará a ellos. De ahí que no le den importancia al cuidado de la salud.
Existen recursos más equilibrados y realistas para salir de situaciones estresantes, como: el ejercicio, yoga, meditación, etc. Pero la mayoría opta por las adicciones, ya que parecen más placenteras e inmediatas. Sin embargo más que aligerar el estrés minaran nuestra salud. ¿Y tú ya valoraste tus recursos para afrontar el estrés?.
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