Estando un grupo de estudiantes de preparatoria platicando en la cafetería de la escuela, ven pasar al nuevo compañero de clase. Un joven común, con ropa común, con mochila común. Un joven que físicamente no tiene nada extraordinario y, sin embargo, a su paso logra que todos lo sigan con la mirada. Lo observan en silencio hasta que lo pierden de vista y, después de ese espeso momento, finalmente alguien rompe el silencio con un comentario un tanto áspero, diciendo: <<no sé qué tanto le ven, como que el tipo se creé mucho>> y sin hablar más al respecto, los jóvenes siguen en lo que estaban antes de que el “nuevo”, como lo llamaban, los interrumpiera con su presencia.
No lo conocían, no se habían tomado la molestia de platicar con él ni un par de minutos, pero se sentían amenazados. Las jovencitas, de manera inconsciente, erguían la espalda y se tocaban el cabello. Los muchachos, también de manera inconsciente, perciben el lenguaje corporal de ellas y se sienten aún más molestos, invadidos y amenazados.
Todo esto sin que “el nuevo” haya hecho nada más que pasar cerca de donde el grupo de estudiantes se encontraba reunido.
¿Qué es lo que los molestaba tanto? ¿Qué lo hacía tan peligroso? Si no lo conocían en realidad ¿por qué opinaban que “se creía mucho”?
Cómo mencioné al principio, el joven al que llamaban “el nuevo”, era un joven común, con ropa común, con mochila común y que físicamente no tenía nada extraordinario. ¿Entonces? ¿en donde está el truco, el secreto o la magia de este joven? ¿Qué lo hacía diferente a los demás?
La respuesta más probable es: su autoestima, su seguridad, la imagen que tiene de si mismo.
Si tú eres “el nuevo”, no cambies para ser aceptado por los demás, permite que te conozcan y, lo que cada uno opine es asunto de ellos.
Si eres del grupo que estaba en la cafetería al principio de está historia, quizás es momento de preguntarte: ¿Cuáles áreas de tu vida deben ser trabajadas para reforzar tu autoestima?
Seas “el nuevo” o del grupo de estudiantes, es importante que siempre tengas en claro que no se trata de que te creas mucho, se trata de que tengas la certeza de que eres mucho. Y tu seguridad te hará destacar como un ganador sin necesidad de prepotencias ni falsas posturas.
