¡Hola a todos! Soy Miguel, y hoy quiero compartirles una conversación que me hizo replantearme todo lo que creía saber sobre la sanación a través de la escritura.
En nuestro último episodio de «Escritores entre paréntesis», tuvimos el honor de charlar con Estrella Cisneros, una escritora que ha convertido sus desafíos personales en ocho libros llenos de luz. ¿Saben esa sensación de cuando conoces a alguien que parece irradiar sabiduría? Bueno, eso es Estrella.
Me impactó especialmente cuando nos contó cómo empezó a escribir durante la pandemia, encerrada por una situación médica.
En vez de dejarse vencer por el aislamiento, convirtió ese tiempo en un viaje de autodescubrimiento. Me hizo pensar en cuántas veces vemos los obstáculos como muros, cuando podrían ser puertas hacia algo nuevo.
Pero lo que más me conmovió fue cuando habló de cómo sus palabras han tocado a otros. «No sabes si una frase le está salvando el día a una persona, o le está salvando el matrimonio, o le está salvando la misma vida», nos dijo. ¿Se han detenido a pensar en el poder que tiene una simple frase en el momento correcto?
Me encantó su consejo sobre llevar siempre algo para anotar ideas. «A ese ratoncito que está actuando y está viendo siempre lo que hay a tu alrededor, hay que hacerle mucho caso», dijo Estrella. Me recordó todas las veces que he perdido ideas pensando «ah, ya me acordaré después».
Y cuando nos habló de cómo crea sus personajes, casi pude verla «disfrazándose emocionalmente» de cada uno de ellos. Nos contó cómo se para frente al espejo y se pregunta: «¿Cómo sonreiría este personaje? ¿Estaría encorvado de hombros o erguido?» Me hizo pensar en cuántas personas llevamos dentro y cuántas historias esperan ser contadas.
Esta conversación me dejó con una certeza: escribir no es solo poner palabras en papel, es tender puentes hacia nosotros mismos y hacia los demás.
Como dice Estrella, lo importante no son los premios ni el reconocimiento, sino «cada sonrisa provocada con mis letras, aunque tal vez nunca me entere de quién fue».
Los invito a escuchar el episodio completo. Tal vez encuentren, como yo, que las palabras pueden ser ese espejo que necesitamos para vernos mejor, o esa luz que nos ayuda a iluminar el camino de otros. Y quién sabe, quizás el próximo libro que nos toque el corazón sea el que ustedes están a punto de escribir.
¡A dejar que las palabras nos sanen!