Si un día me muero, les encargo mis plantitas, apenas estaba sanando lo parecida que soy a mi mamá, creo que estaba floreciendo junto con ellas.
Si un día me muero, tienen mi bendición de llorar todo lo que quieran, porque ¿quién es la gente para decirles qué sentir? y no, no me están deteniendo, no por sentir tristeza “no me van a dejar ir”, lloren lo que necesiten, que, así como la lluvia lava las calles y azoteas, las lágrimas lavan la tristeza.
Si un día me muero, le doy permiso desde ahorita de decir: se los juro por mi amiga muerta, y proceder a decir la mentira más puerca y descarada que se les ocurra.
SI un día me muero, les pido que abracen a mi papá, que no dejen solo a mi hermano y a mi hermana, porque los van a necesitar.
Si un día de estos me muero, les encargo a mi novio, se va a cerrar al mundo, va a tratar de no dejar entrar a nadie, y se va a secar como mis plantitas, y yo amo a mis plantitas, y lo amo a él.
Si un día me muero, quiero que sepan que me fui de viaje, que agarré mis maletas llenas de historias y me fui a buscar a mi mamá, tal vez me esté esperando con un abrazo como los que ella sabe dar.
Si me muero y no me encuentran, háblenme, tal vez les conteste en un sueño. O con una canción cuando vayan en la calle, una imagen que les recuerde a mí.
No me iré, así como los que ya se fueron no se han ido, están en mí, en las canciones y los recuerdos.
No me quiero morir, pero si un día lo hago, sepan que fui feliz y que no me arrepiento de absolutamente nada y lo volvería a hacer todo de nuevo.