El reloj marcaba las 9:00 am. Jesús, el adolescente, se daba tiempo para ver las noticias mientras desayunaba. Grande fue su sorpresa que, mientras remojaba sus galletas en el café, la conductora del noticiario realizaba un breve paréntesis y la pantalla enfocaba a un tipo vestido de traje, dispuesto a lanzarse al vacío de un gran puente de la ciudad.
Una docena de gendarmes hacía su aparición con el fin de detener el intento de suicidio por parte de aquel personaje que en su rostro denotaba una gran frustración y lentamente se quitaba la corbata y la dejaba a un lado suyo.
Jesús se limpió la boca y dejó a un lado su taza de café, así como sus galletas. Su madre gritó asombrada. – ¿A dónde vas chamaco del demonio? Regresa a terminar de desayunar, recuerda que tienes una cita. ¡No vayas a cometer una locura! Después de recorrer varias cuadras, Jesús llegó hasta el sitio en mención, al tiempo que le gritaba al presunto suicida:
-Dr. ¡no debe saltar!, tengo terapia psicológica con usted a las once, ¿lo recuerda?
Se los comparte su amigo de la eterna sonrisa