Es el momento de retomar mi vida, mis sueños, mis proyectos, y todo aquello que dejé en pausa por dedicarme a apoyar los tuyos. Durante mucho tiempo, me olvidé de mí misma, de mis pasiones, de mis metas y de mi felicidad. Me conformé con verte crecer, triunfar y disfrutar, mientras yo me quedaba en segundo plano, sacrificando mis ilusiones por las tuyas.
Con amor sincero pero mal repartido, me esforcé por impulsarte hacia arriba mientras yo me fuí quedando abajo… te empujé hacia adelante y terminé quedandome tan atrás que ya no te pude alcanzar.
Pero eso se acabó. Voy a reagendar todas aquellas citas personales y profesionales que tenía a solas conmigo, y que pospuse porque atender tus asuntos requería todas las horas de cada uno de mis días. Voy a recuperar el tiempo perdido, a reencontrarme conmigo misma, a redescubrir lo que me gusta, lo que me motiva, lo que me hace vibrar.
Llegó la hora de la libertad… De mi libertad… Para decidir cómo organizar mi tiempo y hacerlo de acuerdo a mis deseos, para elegir en qué invertir mis recursos y mis esfuerzos sin detenerme, sin escatimar por estar dando prioridad a tus necesidades o a las de alguien más. Voy a vivir por mí y para mí, sin dejarme nunca más en segundo o tercer lugar, sin esperar nada a cambio, sin sentirme culpable por valorarme y ponerme en primer lugar.
No te confundas, no te guardo rencor ni resentimiento. Te agradezco todo lo que me has enseñado, todo lo que hemos compartido, todo lo que hemos vivido juntos. Pero ha llegado el momento de soltar, de dejar ir, de seguir adelante. Te deseo lo mejor en tu camino, pero ahora voy a enfocarme en el mío.
Es mi momento de brillar, de crecer, de ser feliz. Es mi momento de ser yo misma y vivir mi libertad.
