Hace algunos días tuve la oportunidad de ver una película con mucho mensaje, protagonizada por Cuba Gooding Jr., se llama “Jugada de Rey”, se estrenó en el 2014. La película se centra en la historia de Eugene Brown como personaje principal. En su adolescencia Eugene cae en problemas de pandillas en un barrio en los suburbios de la capital de USA, se convierte en ladrón, en un asalto a un banco sus compañeros lo traicionan y cae en la cárcel dejando a sus dos hijos sin la tutela de un padre y el menor de ellos siendo aún un bebé. En la prisión conoce a un reo que tiene condena perpetua quien le enseña a jugar ajedrez y la filosofía del mismo, en cuanto a las reglas y su filosofía aplicada a la vida.
Después de una sentencia de 18 años, sale de prisión y con muy pocas posibilidades de encontrar debido a su condición de ex convicto, pero sobre todo con la relación de la pandilla con la que se relacionaba, quienes ahora controlan el mercado del barrio donde trabajan atrapando a los chicos de bajos recursos que viven en familias disfuncionales como pequeños distribuidores y vándalos.
Con la ayuda de un amigo Eugene logra conseguir empleo como conserje en una escuela secundaria local de su mismo barrio; los estudiantes son de bajos recursos, y la institución cuenta con mínimos recursos asignados por el gobierno; además prolifera el narcotráfico y la delincuencia organizada y los alumnos sirven de carne de cañón para la venta y distribución de droga.
Eugene se encuentra reformado y con la convicción de recuperar a sus hijos, además de tener otra filosofía de vida. Después de suplir a una maestra que es encargada de vigilar a los alumnos que siempre están en el área de castigo por ser los más problemáticos de la escuela, y con el apoyo de la directora de la escuela, empieza a ganarse la confianza de los chicos enseñándoles a jugar ajedrez y la filosofía de vida del juego, se involucra tanto y con tan buenos resultados que decide fundar el Big Chair Chess Club, un club de ajedrez para adolescentes de barrios marginales de Washington D.C. y posteriormente en otras ciudades de USA, hasta la fecha, sigue creciendo y formando gente de bien.
Lo interesante de la trama, el mensaje que deja de superación personal, el poner empeño en lograr las cosas, es que me hizo reflexionar sobre los problemas que estamos viviendo a nivel mundial, principalmente en los fenómenos migratorios y las guerras aún, con el “grado de tecnología y supuesta civilización actual”, considero llegando a niveles extremos de prejuicios y estereotipos; es verdaderamente desgarrador lo que está sucediendo en el mundo.
Siempre me he preguntado cuál es la diferencia dentro de un sistema de creencia, cuál es la diferencia entre prejuicios y estereotipos, temas que se mencionan mucho en la película; así que me di a la tarea de hacer un breve resumen de ambos términos el cual te comparto junto con una breve reflexión.
Un prejuicio es un juicio u opinión, por lo general negativo, que se forma sin motivo y sin el conocimiento necesario, la mayor parte de las veces involucra una actitud negativa y hostil hacia una persona que acabamos de conocer o pertenece a un determinado grupo social, a quienes consideramos ajenos a nuestro entorno, entendido el grupo como una región dentro de un mismo país, otra nacionalidad, religión, cultura, clase social, raza, orientación sexual, profesión, costumbres, “vicios”, entre otros.
El prejuicio es individual, es decir, enfocado a una persona, suelen tener raíces en lo afectivo y a través de ellas refuerzan ideas infundadas, que poco o nada tienen que ver con lo que puede experimentarse en la vida real.
Son binarios por lo general, es decir se aceptan o se rechazan, pero es difícil discutirlos racionalmente, dado que carecen de argumentos de ningún tipo, basándose más bien en un reacción emocional, irracional, subjetiva o que requiere de adentrarse en temas álgidos por lo general con antecedentes históricos como la religión, política, descendencia.
Se explican a través de una respuesta biológica, son enteramente culturales: normalmente tienen su origen en la forma en que nos educaron, en la cultura que heredamos o aprendemos de nuestros padres, mentores, maestros, compañeros de la escuela, o también en traumas personales, sociales o históricos.
Los casos tipos de prejuicio son:
- El racismo.
- La xenofobia.
- La homofobia.
- La de culto o credo.
- El edadismo.
Un estereotipo es una imagen mental muy simplificada, con pocos detalles, normalmente sin fundamentos, sobre un grupo de gente que comparte ciertas cualidades y características, que pueden ser tanto positivos como negativos. Es un conjunto de creencias compartidas socialmente sobre las características de una persona que suelen exagerar un determinado rasgo que se cree que tiene un determinado grupo, estas creencias muchas veces vienen heredadas desde nuestra infancia, en el entorno familia, la educación, la religión y el grupo de personas con las que nos relacionamos y hemos crecido.
Los estereotipos son construcciones culturales creadas en torno a un grupo humano, que se basan en generalizaciones, prejuicios, mitologías urbanas o percepciones simplificadas y exageradas del mismo. Generalmente, le atribuyen características, propiedades o intereses a dicha comunidad, de los cuales se hacen eco terceros y a menudo terminan por consolidar un prejuicio social.
Los estereotipos se aprenden a lo largo del proceso de socialización de los individuos, heredados de su cultura o muchas veces de sus progenitores o familias. Nadie nace con ellos, todos son 100% aprendidos, pero una vez incorporados a la idea que tenemos del mundo, resultan particularmente difíciles de erradicar. Incluso si se tiene acceso racional a información que los desmiente, los estereotipos pueden sostenerse. Esa es la razón por la cual continúan transmitiéndose.
Los estereotipos pueden clasificarse dependiendo del tipo de población sobre la cual tratan, por ejemplo:
- Estereotipos de clase. Aquellos que tienen que ver con alguna clase social, comprendida como un conjunto homogéneo de individuos. Por ejemplo: “Los ricos no roban”, “A los pobres no les gusta trabajar”.
- Estereotipos religiosos. Aquellos que se aplican a una feligresía o a los practicantes de una religión, a menudo en combinación con criterios étnicos o culturales. Por ejemplo: “Los musulmanes son retrógrados”, “Los budistas son apacibles y sabios”.
- Estereotipos raciales. Aquellos que tienen que ver con alguna etnia o raza humana determinada, a la que se le atribuyen rasgos específicos de tipo físico, mental o moral. Por ejemplo: “Los negros saben bailar”, “Los asiáticos son buenos en matemáticas”, “Los latinos son apasionados y violentos”.
- Estereotipos de género. Aquellos que asignan determinados roles, conductas y características a los dos sexos biológicos, o a las comunidades sexo diversas. Por ejemplo: “Las mujeres no son muy racionales”, “Los hombres son infieles”, “Los homosexuales son promiscuos”.
- Estereotipos culturales. Aquellos que tienen que ver con una nacionalidad o proveniencia cultural determinada. Por ejemplo: “Los alemanes son racistas”, “Los colombianos son delincuentes”, “Los africanos son pobres”.
Los prejuicios suelen impedirnos que juzguemos a la gente por quienes son individualmente, y a menudo conducen hacia actitudes de desprecio o abierta hostilidad, que pueden traducirse en discriminación y otras formas de intolerancia y pueden tener graves consecuencias en la convivencia hasta convertirse en un absurdo móvil para emplear la violencia y la agresión hacia otros seres humanos y son llamados discriminación.
Las personas discriminadas por ejemplo suelen tener menos acceso a servicios sociales, oportunidades educativas o de promoción profesional. Esta ha sido la situación, por ejemplo, de muchas mujeres, y continúa siendo un problema en culturas tradicionales. Desde el punto de vista moral son una injusticia hacia las personas y grupos víctimas del prejuicio pues se basan, como sabemos, en conocimientos insuficientes.
Si bien hay países que han avanzado mucho al tratar de “controlar” estos dos conceptos,
principalmente en base a educación y programas, sobre todo con los fenómenos migratorios que
acentúan más su uso los estudios que se han hecho en países socialmente más avanzados señalan
que ellos se manifiesta su prejuicio de manera sutil, a pesar de contar con una alta instrucción
educativa.
El prejuicio sutil es una forma de defensa de los valores normativos vigentes. Con base en estos resultados se plantean nuevas investigaciones de corte experimental e intervenciones basadas en el fenómeno de mera exposición, donde las personas modifican sus percepciones negativas hacia un grupo social, cuando conviven con miembros de dicho grupo.
Y creo que ahí es donde está la clave “la convivencia, la tolerancia”, como yo lo veo a estas alturas del partido, en este octubre de 2023, tenemos 2 caminos, en donde en cada uno de ellos existe una historia:
Lo que está sucediendo en Israel y Palestina que puede llegar a un conflicto mundial con múltiples intereses creados, económicos, políticos, sociales donde lamentablemente el pueblo y innumerables mujeres y niños inocentes, de ambos lados, están siendo mancillados, hombres y ancianos masacrados, sin sentido por un sentimiento de odio y lesa humanidad.
Y en el otro, esperando que aún no sea muy tarde, buscamos iniciativas de convivencia tomando como ejemplo lo que han hecho países quizás menos avanzados tecnológicamente, pero con una mayor sensibilidad y humanismo.
Me llamó mucho la atención lo que ha hecho el pueblo de Indonesia. Indonesia es un país insular del sudeste asiático que tiene una historia rica y diversa.
La historia de Indonesia se remonta a la antigüedad, con evidencias de civilizaciones prehistóricas en las islas. En el siglo VII, el hinduismo y el budismo se establecieron en Java y Sumatra, dando lugar a poderosos reinos, como Srivijaya y Majapahit. A lo largo de los siglos XVI y XVII, las islas indonesias fueron objeto de interés de las potencias europeas, como los Países Bajos y Portugal.
Los neerlandeses finalmente establecieron el dominio colonial en gran parte de Indonesia, que duró hasta mediados del siglo XX.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Indonesia luchó por su independencia de los Países Bajos y la logró el 17 de agosto de 1945. Sukarno se convirtió en el primer presidente de Indonesia. La lucha por la independencia de Indonesia fue un proceso difícil y sangriento, marcado por conflictos y acuerdos diplomáticos. La guerra de independencia duró de 1945 a 1949.
Indonesia ha experimentado un rápido crecimiento económico y desarrollo desde la independencia. A pesar de desafíos políticos y sociales, se ha convertido en una democracia y una de las economías más grandes de Asia. Es conocida por su diversidad étnica, cultural y religiosa. El país alberga una variedad de grupos étnicos, idiomas y religiones, incluido el islam, que es la religión predominante.
Indonesia es un país con una historia rica, desde sus antiguas civilizaciones hasta su lucha por la independencia y su desarrollo como nación diversa y próspera en el sudeste asiático.
El gran reto es que ha logrado integrar a diversas etnias y religiones a través de varios enfoques. Uno de los factores clave es la filosofía de «Pancasila,» que promueve la unidad en la diversidad y los valores de justicia, democracia y unidad. Además, Indonesia ha implementado políticas de pluralismo religioso y tolerancia étnica, así como programas educativos que fomentan el respeto intercultural y religioso. La sociedad indonesia también ha desempeñado un papel importante al mantener tradiciones de convivencia y cooperación interétnica. Sin embargo, es importante señalar que Indonesia todavía enfrenta desafíos en términos de prejuicios y tensiones interétnicas y religiosas en algunas áreas.
Pancasila es la ideología y filosofía en la que está basado el Estado indonesio. Pancasila es una palabra compuesta que proviene de las palabras del sánscrito “pañca” que significa cinco, y “sila” que significa principio. Estos cinco principios fundamentales fueron impulsados en 1945 por el presidente Ahmed Sukarno ante la necesidad de unificar bajo un mismo Estado las diferentes culturas tras la independencia de Indonesia de los Países Bajos.
- La creencia en un Dios Supremo.
- Sentido de la Humanidad Justa y Civilizada. El sentido de la humanidad justa y civilizada, basado en el respeto del ser humano y en contra de la opresión.
- Unidad de Indonesia. La unidad de Indonesia. Se fundamenta en que las diferencias culturales y étnicas no deberían afectar la integridad del país. «Unidad en la Diversidad».
- Democracia guiada por la sabiduría interior y emanada de las deliberaciones entre los representantes del pueblo. La democracia guiada por la sabiduría interior y emanada de las deliberaciones entre los representantes del pueblo muestra la necesidad de que sean respetadas las decisiones del pueblo para el verdadero ejercicio de la democracia, consolidando la unidad nacional.
- Justicia social para todo el pueblo de Indonesia. La justicia social para todo el pueblo de Indonesia está enmarcada en la necesidad de bienestar general y progreso para el pueblo para la búsqueda de la mayor felicidad posible.
Pero la pregunta es, ¿lo que está sucediendo es algo que esta ocasionado por lo que solemos llamar el estado profundo?, toda una red de poder oculta de intereses económicos y de poder de los gobiernos, empresas y una cúpula de gente que controlan al mundo, ¿o son actos de muy alto nivel de prejuicios y estereotipos llevados a extremos, probablemente nunca antes vistos?
¿Es posible concebir un mundo mejor o es solo una utopía? Esto significa pensar en la igualdad social y la disolución de la sociedad de clases. Pero ¿cómo abandonar la realidad del día a día?, no podemos dejar volar nuestra imaginación hacia paraísos de sueños inalcanzables por principio, convirtiendo nuestras vidas en la persecución de algún tipo de sueño que cuanto más parece que avanzamos hacia él, más lejos acaba por estar. Creer en la utopía presupone dar un voto de confianza al ser humano y sus capacidades racionales, manteniéndonos firmes en la esperanza de extender, poco a poco, a través de nuevas generaciones, una ética digna de la condición humana, al amparo de la construcción colectiva de una sociedad más igualitaria, sin pensar, en sistemas políticos, sociales, ideológicos y religiosos.
Pienso que por lo pronto debemos empezar por casa. Cuando asumimos como propios, en nuestro sistema de valores y creencias, prejuicios y estereotipos, supone dejarte llevar “por lo primero que escuchas” y considerarlo verdadero sin contrastarlo o buscar más información que te permita tener un juicio de valor y en introspectiva tu esencia como ser humano.
Cuando logras deshacer la creencia de lo que es bueno o malo para tú persona y logras aquietar tu mente, en ese instante podrás estar en armonía con el universo, sin tener expectativas de lo que llegue, ya que podrás ser consciente de que solo llega lo que es necesario para tu crecimiento.
Las creencias no te permiten conectar con lo mejor del alma de la otra persona, sino con lo que tu ego te dice que es lo mejor para ti, cuando la elección la hace el ego, tardo o temprano habrá sufrimiento y angustia tristeza y conflicto.
Derrumba todas las ideologías y creencia, es mejor saber que estás solo en el océano, pero flotando, que vivir ahogado en una falsa realidad.
Todos tenemos prejuicios, sin embargo, no debemos actuar con base en ellos.
He aprendido a respetar las ideas ajenas, a detenerme ante el secreto de cada conciencia, a comprender antes de discutir y a discutir antes de condenar. Norberto Bobbio (1909-2004).