Ella se alegra con la primavera,
en mí ha dejado marcadas huellas,
a la larga me pesa su ausencia,
extraño su olor y su esencia.
Cuando despego mis pies de la tierra
mi mente todo el día en ella piensa
en aquellas reprimendas,
de cuando quería escaparme de ella.
Su pureza es la de una estrella,
su enseñanza fue la mejor escuela.
Ella es armoniosa, de sabias metas,
de voz suavecita, que concluye con fuerza.
Ella es brava como una guerrera
puede expresar regocijos y penas
y su canto es el de una sirena
ella es inalcanzable como las quimeras.
Cuando estoy muy alterada me serena
irreemplazable en mi vida su presencia
¿cómo haré si no puedo verla?
Si ella es la sangre que corre por mis venas.
Ya no estará aquí cuando yo deje el planeta,
y cuando mi cuerpo se desvanezca,
mi corazón quedará con ella,
y cuidará de mi alma en decadencia.
Es indescriptiblemente bella
ya te habrás dado cuenta quién es ella,
y sino has adivinado yo te digo, compañera,
que mi madre es increíblemente bella.