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Una de las decisiones más importantes que vas a tomar en la vida consiste en responder a la pregunta “¿a qué me voy a dedicar?”. Si bien desde niños soñamos con lo que queremos ser de grandes y hablamos de ser astronautas o bomberos, llegada la adolescencia entendemos que “la cosa va en serio” y necesitamos comenzar a construir el camino hacia nuestro futuro. Ya no solo se trata de lo que “queremos ser de grandes”, sino de cómo llegaremos hasta allí, y sobre todo de dar los primeros pasos en esa dirección.

Todos los que hemos tenido la posibilidad y el deseo de realizar una carrera profesional y acceder a la educación superior nos hemos encontrado en esa etapa en la que se presenta ante nosotros toda una gama de opciones, universidades, carreras, planes de estudio… y debemos elegir hacia dónde dirigiremos nuestros esfuerzos. Encontrarse con todo ese mundo de posibilidades es una experiencia emocionante, pero también puede resultar abrumador debido al temor a elegir mal.

Nadie quiere llegar a la adultez y mirar hacia atrás arrepintiéndose de esta decisión, por eso aquí te doy algunos consejos que creo que te serán útiles si estás en el proceso de elección de carrera profesional; y aun si ya no estás en esa etapa, pero te preguntas si habrás elegido mal tu profesión, no te preocupes, creo que estos consejos también pueden serte útiles para dar un nuevo rumbo a tu vida. Comencemos.

  1. Enlista tus habilidades y aptitudes.

Sócrates decía que para alcanzar la virtud y ser de beneficio para la sociedad había que conocernos a nosotros mismos. Es por eso que el lugar en el que debes empezar tu búsqueda es precisamente en ti. Debes preguntarte para qué eres bueno. Todos tenemos cierto cúmulo de destrezas y habilidades que hemos adquirido con el paso del tiempo y que pueden ayudarnos a darnos cuenta en qué tipo de actividades somos más eficientes. El problema es que rara vez reflexionamos sobre ello y por lo tanto no llegamos a conocernos mejor.

Es probable que si te preguntan cuáles son tus principales habilidades no sabrás qué responder y resolverás que no tienes ninguna. Esto es normal, y pasa por que todos damos por sentado que lo que es fácil para nosotros es fácil para los demás también, pero no es así. No todos son buenos con la tecnología o la música, no para todos es fácil liderar grupos de personas o exponer un tema frente a la clase, no cualquier persona tiene aptitudes para la redacción o la organización. Es probable que eso que tu consideras algo “normal” o “irrelevante” sea una gran habilidad que estés pasando por alto.

Puede ser de gran ayuda que le preguntes a la gente que te rodea qué habilidades ven en ti. Pregunta a tus papás, amigos, pareja, maestros, etcétera. A menudo las personas se toman en serio este tipo de preguntas y seguramente harán un esfuerzo por ayudarte en el proceso que estás viviendo. Escucha con atención sus respuestas y no descartes ninguna. Más adelante podrás comparar las distintas aportaciones que realizaron y seguramente descubrirás un factor común.

Una vez que empieces a darte cuenta de tus habilidades comienza una lista de ellas y observa si existe algún patrón o cierta relación con alguna carrera profesional. Estoy convencido de que este simple ejercicio te dará un panorama más amplio y una base sólida para comenzar la elección de tu carrera.

  • Investiga sobre el campo de trabajo de las profesiones que te interesan.

Si ya tienes en mente algunas carreras que te gustaría estudiar investiga a fondo acerca de cada una de ellas. Algunos de los aspectos que debes considerar para tu investigación son los siguientes: ¿Existe una oferta de empleo amplia y constante para esta profesión? ¿Es posible desarrollar esta profesión en mi entorno? ¿Me resulta atractivo el rango de salarios?

Responder estas preguntas es muy importante puesto que de la elección que tomes dependerán los ingresos económicos que tendrás en el futuro, así que no debes pasar por alto hacerte estas preguntas. También puede ser de mucha utilidad hablar con alguien que trabaje en esa área que estas investigando para conocer mejor su profesión.

No solo es importante el nivel de ingresos sino también las oportunidades de crecimiento que una profesión te ofrece. Para algunas personas ocupar un mismo puesto por diez años no es ningún problema, pero para otras sería un suplicio. Piensa en tu futuro como profesionista y analiza si existen maneras de seguir ascendiendo o incrementando tus ingresos en cada profesión que estés investigando.

Una vez que creas que ya has investigado suficiente, sigue investigando, no te hará daño saber demasiado al respecto y, sin duda, la decisión que estás por tomar amerita que realices un gran esfuerzo.

  • Considera tus pasiones.

El factor económico es muy importante, pero jamás debería ser el único factor que tomes en cuenta para elegir tu profesión. Sin duda es tentador elegir una carrera bien remunerada, pero recuerda que la decisión que tomes podría determinar lo que harás por el resto de tu vida. No considero que ir a un empleo que detestas para hacer un trabajo que no te gusta sea tu idea de un futuro ideal, aun y cuando el sueldo fuera muy atractivo.

Es por eso que debes considerar qué es lo que te apasiona, aquello que harías gratis, eso que te causa emoción. Tal vez aquí también te ayude hacer una lista y contrastarla con tu lista de habilidades para encontrar las coincidencias. Es un hecho que cuando algo nos apasiona lo hacemos mejor y nos da una mayor satisfacción. A fin de cuentas, la vida no consiste en ganar dinero sino en encontrar significado y realización personal. En ese sentido, no puedes pasar por alto tus gustos.

  • Analiza el panorama general.

Si eliges tu profesión pensando solo en el factor económico corres el riesgo de convertirte en un adinerado, aunque infeliz y amargado profesionista; si solo consideras tus gustos bien podrías acabar siendo una persona realizada pero que apenas y vive al día. La clave consiste en encontrar el equilibrio entre tus gustos y tu contexto, conciliar la razón y el corazón es posible si te tomas el tiempo necesario y eres honesto contigo mismo.

Busca las distintas maneras en que puedes utilizar tus habilidades y tus gustos para ser productivo. Nunca es fácil, pero si analizas bien tu situación estoy seguro que podrás resolverlo de la mejor manera. El secreto está en conocerte lo mejor posible, una vez que hagas esto sabrás lo que quieres hacer de tu vida. Además, seamos honestos, pocas personas trabajan haciendo exactamente aquello para lo que se prepararon en la universidad, por eso es fácil encontrar a economistas trabajando como comunicadores, arquitectos siendo maestros o abogados emprendiendo negocios propios. Al fin y al cabo la carrera que elijas será sólo una llave que podrá abrirte un cierto número de puertas en el futuro, debes tomar esta decisión en serio para tomar el tipo de llave que abra la clase de puertas que quieres abrir, pero no pienses que estudiar tal o cual cosa te limitará de realizar otra actividad. Sé honesto contigo mismo sobre tus gustos y habilidades, no pienses en tu profesión solo como una fuente de ingresos, considera aquello que te gustaría hacer de por vida y estarás en mejores condiciones

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