La situación mundial de pandemia ha implicado un reto para todos, influyendo directamente en nosotros, obligándonos a modificar nuestro día a día; sin embargo, no todo es perjudicial, el confinamiento de una forma u otra aportó para la vida de cada quien. Como bien hemos aprendido, todo es un constante proceso, cambio o devenir; así como la humanidad superó otras eventualidades, también será capaz de afrontar esta. El secreto, será encontrar el valor de la perseverancia para mantenernos a flote; entendiéndola como la fuerza necesaria para cumplir los objetivos planteados; en pocas palabras se refiere a terminar lo que una vez se inició, así nos comenta Yara Calderón en De que se puede se puede quien junto a Elizabeth Michel comparten ideas en cuanto a este tema tan importante para los seres humanos.
Yara Calderón nos transmite sus conocimientos del valor de la perseverancia, nos enseña que se debe poner el alma en lo que se hace y comprometernos con nosotros mismos.
Pero, ¿cómo crear el hábito de la perseverancia?
Yara comenta que una persona necesitará veintiún días para lograr el hábito, donde la tarea a desempeñar se volverá parte de nuestra cotidianidad, convertirlo en un estilo de vida, entonces, necesitará este mínimo de días de esfuerzo y compromiso por parte de nosotros.
La perseverancia, adicionalmente, nos enseña a creer en nosotros mismos y a ser creativos, la creatividad nos evitará caer en la zona de confort, además nos invitará a arriesgarnos, ya que siempre existirán obstáculos, por ello queda de nosotros ser innovadores y superar estas adversidades.
Una vez entendido lo que es la perseverancia, tanto Yara como Elizabeth también nos enseñan lo que no es: muchas personas tienen la certeza de que este valor trata de alcanzar la perfección, pero todas estas ideas son incorrectas, pues si nosotros mismos no somos perfectos y nunca lo seremos, no existe un nivel de perfección que alcanzar, esto quiere decir que no debemos enfocarnos en niveles inalcanzables, debemos más bien encontrar la excelencia en nuestros labores.
Entonces, tener expectativas perfeccionistas podría arruinar el camino, la solución radica en apuntar hacia la excelencia donde se disfrute del camino hasta alcanzar el éxito deseado.
Entonces ¿perfección o excelencia?
La excelencia nos permite apreciar nuestras fallas, nuestro camino; el reto será abrazar nuestras imperfecciones hasta volvernos mejores cada día. Por lo tanto, en vez de ser perfeccionistas, lo mejor es ser detallistas, cuidar el proceso, ir con calma, ya que esto nos podría salvar de caer en la frustración.
En este sentido, apreciar el camino que estamos recorriendo nos hará sentir gratos con nosotros mismos, y sin querer nos convertiremos en líderes, inspirando a otros a través de nuestras experiencias.
Como se dijo anteriormente, la situación pandemia nos obligó de cierta forma a conectarnos con nosotros mismos, como todo proceso, el tiempo es vital, nada es inmediato, por ello debemos aprender a ser pacientes. Lo relevante será conocer cuáles son nuestros objetivos para saber cómo hacerlos cumplir, disfrutar el trayecto, aprovechar oportunidades y aprender a dejar aquello que no nos permite crecer, porque siempre seremos una constante elección; y con este mensaje Elizabeth Michel y Yara Calderón nos inspiran a encontrar la perseverancia dentro de nosotros, a arriesgarnos a encontrar pasión por lo que hacemos y trabajar por ello constantemente hasta cumplir con nuestros sueños.