Llegar a los Juegos Olímpicos era un sueño que Jair Fernández, umpire de la Liga Mexicana de Beisbol acarició desde hace una década, cuando supo que el beisbol volvería a la máxima justa deportiva a nivel mundial.
No lo puede ocultar, le encantaría cantar ‘strikes’ en la final del torneo, y sólo le cedería ese honor a la Selección Mexicana, para que busque la medalla de oro.
Tras 17 campañas en el circuito de verano, el de Hermosillo solo piensa en disfrutar el momento. “Voy claro, a mi me gustaría cien por ciento llegar al juego final, pero si es México no tengo problema, acá lo que importa es el país y es algo histórico. Si llega a la final ya asegura una medalla y sería fabuloso, estaré satisfecho si cualquiera de los dos lo hace.
Acepta que se trata de un evento en el que la exigencia crece, “porque se están peleando medallas, en un torneo corto hay más presión de todos, es una responsabilidad extra y la asumo”.
A los 42 años se siente pleno, listo para cristalizar el objetivo que solo había compartido con su padre, “le dije que yo iba a estar ahí y lo conseguí, en lo que me apasiona. Mi familia es beisbolera cien por ciento, mi tío Florentino Duarte jugó profesional en la Liga Mexicana, fue parte de los campeones Olmecas de Tabasco en 1993.
Mi padre fue umpire amateur durante muchos años en Hermosillo.
Yo era pitcher pero me lastimé el brazo, así que para seguir en el beisbol le pedí a mi padre que me diera la oportunidad de hacerlo. No fue fácil porque no podía olvidar la ilusión de ser jugador”.
A pesar de vivir en un lugar donde el beisbol roza los límites de lo sagrado, de niño y más tarde, en la juventud, la pelota no ocupaba mucho espacio en sus días, “solo sabía de los Yanquis de Nueva York, iba al estadio cuando mi tío venía a jugar, pero no seguía a ningún equipo. Lo que es verdad es que siempre admiré en mi papá su postura, lo enérgico que era, cuando empezaba me gustaba mucho trabajar con él. Le aprendí que a los novatos hay que defenderlos de los jugadores que quieren abusar, así que lo hago con los muchachos que van iniciando”.
Hoy, el beisbol es su vida y le tiene un respeto enorme, “gracias al beisbol tengo una familia, me ha dado mucho, he ido a lugares que jamás imaginé conocer. En casa se habla de beisbol siempre, con mi esposa, mis hijos, mi papá”.
EN EL OJO DEL HURACÁN
Impartir justicia en el beisbol actual parece más sencillo. Existen aliados tecnológicos que lo facilitan todo, pero no siempre las cosas salen bien para los encargados de aplicar el reglamento.
“Se trabaja mucho en la actualización de las reglas, no podemos perder detalle de eso. De cuando empecé a ahora se trabaja mucho en la psicología del umpire, es una preparación que antes no se ofrecía. La LMB está muy interesada en el crecimiento de los umpires, nos sentimos valorados y eso es lo que más nos satisface, al estar mucho tiempo lejos de casa, lo que quieres es que te traten bien, te cuiden, que valga la pena”.
En principio fue difícil refugiarse en el video, el ego y la inseguridad eran duros rivales. “Porque te ponen en evidencia, si te rebotan una jugada, te sientes un poco mal. Aunque si confirman la marcación es un halago. Te desnuda o te eleva, pero lo veo beneficioso porque con esto se hizo más justo el juego, ha evitado discusiones innecesarias, hay pocas expulsiones y problemas.
Solo fue hacerse a la idea, cambiar el chip y saber que la tecnología llegó para ayudar y no para otra cosa”.
La actitud de hierro también tuvo que desaparecer. “Pienso que no puedes estar peleado con los jugadores y managers, somos compañeros de trabajo, que nos vamos a encontrar muchas veces durante los seis meses que dura la Liga. Hay momentos en los que debes ser tajante, que sepan que hay un límite, que no estás para favorecer a nadie pero si es importante llevar una buena relación con todos”.
En unos días se reportará a la pretemporada rumbo a la campaña 2020, en la academia del Carmen, en Monterrey. Entonces, empezará el camino que lo llevará hasta Tokio. “No he tenido la oportunidad de hablar sobre cómo será la preparación, pero sé que tengo que trabajar igual, dando el cien por ciento, como lo hice el 23 de junio de 2003 cuando debuté Nuevo Laredo, y el 9 de octubre pasado cuando cerré la campaña en Monclova”.
El beisbol regresará al programa olimpico en Tokio 2020 por primera vez desde Beijing 2008, justa en la que los jueces mexicanos Luis Alberto Ramírez y Daniel Toledo representaron a México.
El otro umpire mexicano con experiencia en Juegos Olímpicos fue Juan Hernández en Atlanta 1996.
Antes del torneo olímpico, viajará a la última fase del clasificatorio que se disputará del 1 al 5 de abril en Taichung, China.
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