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La realidad de Mariana

Una mañana de domingo, despierta Mariana, esta tirada en el piso junto a la puerta, en sus ojos hay signos de haber llorado por muchas horas, se levantó, quedo sorprendida, tardo en recordar lo que había pasado el día anterior, se sentó en el piso, preguntándose a sí misma que es lo que había pasado, subía su mano a su frente, sentía dolor de cabeza. De repente unas imágenes cruzaron por su cabeza y empezó hablar a si misma:

– Fui al banco el día de ayer, llegaron unos hombres asaltando el banco, todos nos tiramos al piso, vi a uno de los guardias disparando, uno de los asaltantes me miraba mucho, yo me sentía intimidada, el miedo recorría mi cuerpo, cuando ¡Oh! el asaltante me tomo y salieron conmigo, me subieron a un vehículo, me llevaron, ¡Oh! ¡No!. ¡Estoy aquí!

Mariana al recordar lo que había pasado, se levantó empezó a querer abrir la puerta, pero no pudo, grito y grito:

 -¡Sáquenme de aquí! ¡Auxilio!

Al oír los gritos, El Neto, jefe de la banda, le dice al maldito:

-Ve a callar a esa vieja

Entonces se levanta el maldito y con enojo va al cuarto, abre, le da una cachetada a Mariana, la tirándola al piso y después la toma de los cabellos diciéndole:

Calladita y cooperando, ¡si quieres seguir viviendo, al Neto no le gustan los gritos!

Y soltándola contra el suelo cae, el maldito cierra la puerta y la deja ahí.

Regresa con sus compañeros y le pregunta al Neto:

 -¿Qué vamos hacer con ella?

El Neto le dice:

-Nos divertiremos un rato con ella, haremos que nos limpie la casa, será como si fuera nuestra ¡Cha, cha! Y cuando me fastidie, la matamos.

El intento de escape

Mariana siguió llorando por un rato, cuando de repente empezó a buscar la forma de salir de esa casa de seguridad, lo cual la habitación tenía una ventana pequeña, pero no se veía más que los bloques de una fortaleza construida alrededor de la casa, había un librero viejo, una cama una lámpara al lado. Mariana como desesperada buscaba algo, que la ayudara a salir, era una desesperación fuerte, mientras en su búsqueda, recordaba a su esposo he hijos que extrañaba mucho. Pasaron las horas y esa puerta solo se habría para darle un plato de comida y una bebida. En sus intentos de escapar Mariana rompió un vaso de vidrio en que le servían la bebida he intento atacar al maldito, pero el maldito con su habilidad de pelea y su fuerza masculina, tomo la muñeca de la mano en la que traía el pedazo de vidrio de mariana, he hizo que la soltara. El maldito le dijo:

– ¡Así que te gusta jugar, mamacita! ¡Pues más tarde nos vamos a divertir tú y yo! ¡Te la vas a pasar muy bien!

La mirada de Mariana cambio, en sus ojos entro un terror horroroso. Se rindió ante la fuerza de ese sujeto, no podía con El, ni con nadie, Mariana solo era una mujer de una vida familiar, lo cual cumplía con la normalidad de la sociedad, el ser una esposa y madre, tener una familia, criar unos hermosos hijos, los cuales amaba con todo su ser.

¿La violación de Mariana?

Llego la noche y Mariana estaba temerosa de que le hicieran daño y la fueran a matar. Cuando tocaron la puerta y se escuchó una voz diciendo:

– ¿Hay alguien aquí? Y la misma voz contestándose a sí misma:

– ¡Creo que sí!

El maldito abre la puerta, toma del brazo a Mariana diciéndole:

– ¡Esta noche nos vamos a divertir mucho!

Se la llevó al comedor de la casa donde los otros asaltantes esperaban ansiosos a Mariana, y estaban reunidos en un círculo, quitaron las sillas y estaba la mesa lista, cuando como si fuera un juego, tomaron a Mariana, dándole besos y caricias agresivas, se la iban pasando como si fuera un objeto, golpeándola y arrancando parte de su vestido. En ese momento que Mariana lloraba y suplicaba que no le hicieran daño, mientras el guardia esperaba la llegada para dar pasó a un grupo de prostitutas llamadas por El Neto.

Cuando llegaron, una de las prostitutas, dijo:

-¡Amores, llego la diversión!

Entraron varias chicas al lugar, los hombres quedaron hipnotizados por las mujeres y deseosos de satisfacer sus deseos sexuales, dejando de acosar a Mariana, en eso una de las prostitutas se dio cuenta de la situación mirando a Mariana, fijándose en ella le dijo:

-Tú no eres una de nosotras, vete de aquí, ¡escóndete!

Entonces Mariana corrió hacia el cuarto, no podía escapar por que en la puerta estaba el guardia armado y la podía matar. Mariana llego al cuarto ella misma cerró la puerta y se puso de rodillas a dar gracias a Dios de que no fue violada, con mucho llanto.

La esperanza llego a su vida

 Y en su mente el instinto de sobrevivencia, empezó hablar a su corazón. Mirando Mariana alrededor se preguntaba una y otra vez:

– ¿Qué voy hacer? ¡Me voy a volver loca!, ¡me van a matar!, no voy a poder salir viva.

 Pero de repente, miro hacia el viejo librero, camino hacia el, miro entre los libros, un libro grueso que en su inscripción dice: La Biblia, en esos momentos recordó su infancia cuando su madre la llevaba a la iglesia, y su maestra la tomaba de su mano y la llevaba a la escuela dominical enseñándole la palabra de Dios. Mariana tomo la Biblia empezó a mirar por sus páginas, encontró el texto:

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1).

 De ahí, Mariana camino hacia su cama leyendo y se sentó, mientras del otro lado de la casa los asaltantes, pasaban la noche con las prostitutas, en el cuarto Mariana continuo leyendo, y leyendo hasta que se quedó dormida, con la Biblia a un lado de ella, el destino de su vida de ahí en adelante abría de cambiar drásticamente. Al día siguiente al medio día, entro el maldito a la habitación le aventó al piso ropa nueva para Mariana y le dijo:

-Le doy 10 minutos para que se cambie.

 Después de ese tiempo entro el maldito y con violencia, tomo a Mariana del brazo, la llevo a la cocina y le dijo:

– El día de hoy vas a limpiar toda la casa.

-Anoche hubo mucha diversión y si no sirves para divertimos, entonces limpia todo.

Mariana empezó a limpiar, recoger todos los botes de cerveza, ropa tirada, comida y otras cosas más que se encontraban tiradas. Con el paso de los días Mariana se convirtió en la sirvienta de los asaltantes, todos los días la levantaban, para que limpiara la casa, cuando esos hombres salían, dejaban un guardia adentro vigilando las labores de Mariana, y afuera estaban otros hombres cuidando. No había escapatoria, pero…..

Esta mujer ordinaria, ¿acepto su situación?

Mientras afuera en la ciudad, el esposo de Mariana, pegaba cartelones en los postes de las colonias de la ciudad, pidiendo por información que tuvieran de su esposa, secuestrada, y la madre de Mariana se mantenía en su recamara de rodillas en llanto pidiéndole a Dios, por la vida de su amada hija.

Por la tarde después de cumplir con lo que le exigían los asaltantes, hacía de comer a todos, lo que le pidieran y si faltaba algo, podía Mariana decirle al guardia de la puerta, para que uno de ellos fuera al supermercado a traerlo, después de hacer la comida, obligaban a Mariana, a ser la primera en probar lo que cocino, para ellos asegurarse de que esta mujer nos los fuera a envenenar. Por la noche Mariana, tomaba la Biblia leyendo:

Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudare; te sostendré con mi diestra victoriosa (Isaías 41:10).

Y así Mariana, se puso de rodillas a orar a Dios, pidiendo por su rescate, por la vida de su familia, sus lágrimas corrían como ríos, mojando la colcha de la cama pero noche tras noche, no cesaba de orar. Lo cual la fortalecía para sobrevivir el día siguiente. Mientras los asaltantes se reunían en las noches para planear su próximo asalto, el cual no debe de tener ningún fallo como el anterior. Afuera, los dueños de los bancos, se reunían con el gobernador de la ciudad a hacer presión para que estos delincuentes, no siguieran afectando su negocio, ya que había pérdidas millonarias, Así que el jefe de la policía por presión del gobernador, planeaba y buscaba pistas para poder atrapar esos delincuentes, lo cual estaban protegidos por elementos corruptos de la misma corporación, los cuales estaban comprados, pero la presión de su superior, el gobernador pesaba más que todo lo que algunos elementos estaban ganando con estos atracos, que tanto dinero hacia perder a los banqueros. La policía sabia de que Mariana estaba secuestrada, pero por experiencia consideraban la posibilidad de que Mariana ya estuviera muerta.

El guardia cuenta su historia

A la mañana siguiente levantaron a Mariana, le dieron ropa nueva y le dijeron que se podía bañar, un guardia afuera de la puerta estaría. Mariana obedeció y después de asearse y cambiarse, se fue a la cocina a preparar el desayuno para todos, después del desayuno todos se retiraron dejándola sola, Mariana llamando al guardia de la puerta, para que pasara a desayunar, con ella, mientras le servía la comida, el guardia platico con ella parte de su vida diciéndole:

-¡Sabe seño! Yo comencé aquí desde los 16 años, cuando mis padres se separaron, me sentí muy solo, mi madre solo sabía quejarse y llorar, me trataba mal, siempre me dijo:

-¡Tú tienes la culpa de que tu Padre me dejara!, ¡eres un completo estorbo! Pues mejor me fui de la casa, anduve vagando por ahí, cuando conocí a el Neto, el cual me ofreció un lugar donde vivir, me trato como un hijo, ya que mi Padre, pues no me llevo con él, ni se preocupó por mí, me sentía tan solo, pero el Neto, me hizo parte de la banda.

Mariana se quedó conmovida por las palabras del guardia y le contesto:

-Lo hijos son un bendición de Dios, no son los culpables de los problemas de los padres, es triste que haiga personas así, que no valoren y amen a sus hijos.

El guardia dijo:

 -No estoy de acuerdo con lo que ha hecho con usted, pero señito. Algo bueno tiene que pasar para usted.

Mariana con una sonrisa le dijo al guardia:

Hay una esperanza en mí que viene del cielo, pronto llegara.

La presión

Ese día al jefe de la policía le llevaron un soplón que después de ser golpeado aún no se daba por vencido y pedía una cantidad de dinero a cambio de la información que tiene de los asaltantes.

En la noche, reunida la banda en el comedor terminaban de afinar los últimos detalles para el asalto y en su habitación Mariana orando dijo estas palabras:

-Señor te pido por la vida de mi esposo, mis hijos, mi madre, si tu voluntad es que muera aquí, en tus manos encomiendo mi espíritu.

En la mañana siguiente, levantaron a Mariana, con las siguientes instrucciones que le dio el Neto:

– Hoy limpias la casa después del desayuno y te vas a tu habitación te voy a encerrar por unas horas, no hagas ruido, hasta que nosotros lleguemos, te quiero ¡Calladita!

Con miedo contesto Mariana:

-Si

Los asaltantes desayunaron y el Neto le dio instrucciones al guardia diciendo:

-Terminando la esta vieja, la encierras con llave, no abras hasta que lleguemos nosotros: 

– ¡Entendido!,

Le contesta el guardia:

– ¡Entendido Neto!

La trampa

Lo que el Neto no sabía es que la policía ya sabía dónde era el banco del próximo asalto, así que la policía escondida los estaba esperando. Llegaron los asaltantes al banco, todo estaba normal, los policías corruptos les informaron que todo está despejado, ellos entraron al banco, hicieron el asalto, todo estaba saliendo bien, cuando al salir, la policía llego, ellos salieron corriendo a la camioneta y empezaron a responder al ataque de la policía, fueron perseguidos por el camino a gran velocidad, de repente, en un cruce, no pudieron esquivar el camión que pasaba, y la camioneta se volcó, quedando así malheridos, pero uno de ellos, el maldito logro escapar corriendo, siendo perseguido por las calles de la ciudad, el maldito buscaba donde esconderse, y entro a un local del centro comercial, en ese lugar se dijo así mismo:

– Estos policías no me van a atrapar

Escondido saco su radio, para avisar a la casa de seguridad para que se prepararan para un ataque de la policía:

-¡Guardia! ¡Guardia! Hay vienen los perros, cierra las puertas, asegura el dinero.

-¡Entendido! contesto el guardia.

La fortaleza empezó hacer asegurada, los guardias se movilizaron por todas las áreas alrededor de la casa, sacaron sus mejores y mortales armas para el ataque.

Aun Mariana no terminaba de limpiar, cuando el guardia le dijo:

-Ya es hora de que la encierre

Tomándola del brazo el guardia llevo a la habitación y encerró a Mariana.

Mientras tanto, el maldito se preparaba para huir de su escondite, cuando iba de salida escucho a la policía hablarle:

-Policía federal, sabemos que estas aquí, salga con las manos en alto.

El maldito dio unos pasos hacia atrás buscando donde cubrirse en el local comercial, empezó a disparar con su potente arma larga, la policía empezó a contestar la agresión, aun con su arma, su habilidad como tirar, la cantidad de policías aseguraban la victoria, pero el maldito no se daba por vencido y con una sonrisa psicópata continuaba luchando para intentar escapar, gritando:

– ¡No me van a tener jamás!

Cuando uno de los policías para terminar con esto, usando un rifle con mira telescópica apunto hacia el maldito, esperando el momento preciso para disparar, cuando quedando la cabeza del maldito en la mira del policía apretó el gatillo, la bala fue directo la parte de la frente del maldito dejándolo muerto.  

Un milagro para Mariana

Paso una hora, cuando en la casa de seguridad, se oye el micrófono de la policía decir:

-Somos la policía están rodeados, bajen sus armas o abriremos fuego.

Mariana escuchando se levantó de su cama y comenzó a gritar:

 ¡Por favor! ¡Sáquenme de aquí! ¡Auxilio!.

Comenzaron los balazos, y el mejor agente de la policía, avanzo con sus compañeros cubriéndolo alrededor, avanzando hacia la fortaleza pretendiendo entrar, mientras continuaban los disparos, llegando así hacia la puerta de la casa, después de haber cruzado la ráfaga de disparos, quedando algunos policías malheridos, llego a la puerta de la casa, en ese momento sus compañeros policías, son asaltados por los otros guardias a golpes y uno de los policías le grita al agente:

– ¡Entra! No te detengas.

Pero del otro lado el guardia, estaba preparado para luchar contra el agente, cuando el agente entro, el guardia se le echó encima, queriéndolo ahorcar con su arma larga, haciendo así el forcejeo y el agente de un cabezazo hacia atrás golpea la cara del guardia, soltando el guardia su arma, haciéndose hacia atrás, quedando frente a frente los dos sin usar armas, empezaron a golpearse, guardia sin miedo al agente, lo empieza a golpear a la cara al agente, haciendo sangrar del labio al agente, golpe por golpe algunos eran esquivados otros recibidos, el agente usando su técnica de boxeo, bloquea un golpe del guardia, aprovechando así el agente, dándole al guardia un gancho al hígado, lo cual guardia cayó al piso, quedando tirado, con sus brazos rodeando su estómago del dolor y ahí, para finalizar la pelea, el agente se agacha y le da un golpe final en la cara dejando así a guardia desmayado.

El agente camino por la casa en busca de más delincuentes, con el arma en sus manos y mirando a los lados, pero en eso escucho los gritos de auxilio de Mariana y a sus compañeros que se acoplaron después de la lucha, el agente les hizo señas de que revisaran la parte de arriba de la casa mientras el agente llego hacia la puerta de la habitación de Mariana, gritando:

-¡Policía federal!

 Mariana grito:

-¡Auxilio!, estoy encerrada aquí, ¡ayúdeme!

 En eso le grita el agente:

Cúbrase, voy a disparar.

Mariana se ocultó debajo de la cama, cuando el agente disparó a la chapa de la puerta con una patada abrió la puerta y entro. Rescatando a Mariana. Unos minutos después salía Mariana de la casa de seguridad, rodeada por la policía, mirando los cuerpos de los delincuentes muertos y el guardia aún estaba desmayado en la puerta de la entrada. Mariana quiso acercarse al guardia para levantarlo, pero el agente le dijo:

-Déjelo ahí, ahorita vienen por el

Mariana le dijo al agente:

-Este hombre fue bueno conmigo

El agente le contesto a Mariana:

-Este hombre tiene que pagar por sus delitos ante la justicia.

Mariana con una mirada de tristeza y misericordia se retiró del lugar con la policía.

Unas horas después Mariana abrazaba con alegría a su familia que fueron a buscarla a la policía, ella abrazando y besando a su esposo e hijos, llevo su mirada hacia arriba dando gracias a Dios entre murmullos de llanto, y después abriéndose paso entre sus seres queridos, estaba su madre la cual Mariana, le dijo:

¡Gracias madre, sabía que estabas orando por mí, recordé aquella infancia la cual me llevabas a la escuelita dominical y me tome de la roca (Jesucristo).

El norte que hay en ti Juan Antonio Ferreira
Decisión Divina

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