Tranquilo respiro, refresco mi garganta con un trago de agua fría, el calor intenso, atípico, me quita el aliento y mengua la poca energía matutina. En la radio escucho la canción Nada Personal, de la icónica banda argentina Soda Estéreo. El tema de la autoría de su líder Gustavo Cerati, fue lanzado al mercado musical en 1985. En la primera estrofa, advierte hacer referencia a las carencias emocionales de la actual sociedad de la información, Comunicación sin emoción….Busco en la TV algún mensaje entre líneas, busco alguien que sacuda mi cabeza, y no encuentro nada, nada, nada personal.
En este nuevo siglo, de afirmación de la globalización y del alucinante desarrollo de la tecnología y los medios de la información, las sociedades humanas se han visto forzadas a evolucionar, a migrar, a cambiar por necesidad la forma de vida. También la interacción de las personas ha experimentado una desafiante y preocupante mutación. De la convivencia familiar y social afectiva y cercana, transitamos de manera brusca al cotidiano individualismo y aislamiento.
Los equipos electrónicos móviles, el internet y las redes sociales, en un abrir y cerrar de ojos, nos cambiaron la pauta. Por arte de magia, desaparecieron las barreras y fronteras para la comunicación de los grupos y personas. Hoy es posible obtener información de un suceso ocurrido en cualquier parte del planeta en tiempo real, sin cortes ni censura.
A partir de ese punto, se abrió la puerta a la información masiva e inmediata, proliferando reporteros y periodistas improvisados, que tan solo con un teléfono inteligente, se apersonaban en el lugar de los hechos, y aunque sea con una incipiente narrativa, transmitían al mundo la información básica. Lo anterior, es una innegable muestra de las nuevas oportunidades para la comunicación y la libre expresión de la ideas.
Precisamente, en este mes de junio se hace el recordatorio, que La libertad de expresión es un derecho esencial, inherente absolutamente a la naturaleza humana.
Y que además, contribuye al ejercicio de otras prerrogativas fundamentales como la libertad de prensa, los derechos de reunión, de asociación, de petición y de participación política.
En México, el Día de la Libertad de Expresión se remonta a los tiempos de Benito Juárez García. Siendo Presidente de la República impulsó una legislación para asegurar a los mexicanos la libre manifestación de las ideas. Pero fue el Presidente Miguel Alemán Valdez, quien en 1951 estableció el 7 de junio como el Día de la Libertad de Expresión en México. Por otro lado, el ejercicio de ese derecho, quedó inscrito dentro de las garantías individuales en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en los artículos 6º y 7º.
En estos tiempos de transición, y en el marco de las libertades que tenemos los mexicanos, se imponen la prudencia y la tolerancia, que contribuyan a crear un contexto favorable para el dialogo y los acuerdos, con el ánimo de alejar o dejar atrás ambientes de caos y confrontación, provocados por la competencia política y las diferencias naturales derivadas de la pluralidad y diversidad. A no seguir en la batalla estéril que genera atraso, estancamiento y daño al tejido social. A Coincidir en el propósito de impulsar la solidaridad, la empatía y la participación comunitaria. No hay otra forma de seguir construyendo el México que queremos, o más simple, un mejor País. Para la reflexión. Hasta la próxima.