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7 de la tarde; es hora de salir, vestido con su mejor traje sale, toma un taxi y llega a la mansión, su corazón latiendo apresurado, observa como en la puerta van descendiendo los invitados, les abren la gran puerta, y suben a calesas jaladas por hermosos caballos que los llevan hasta la mansión que está a distancia considerable, no dejan pasar ningún auto, todo está custodiado y bien vigilado.

Le toca su turno para abordar una calesa, pero no lo reconocen, y lo detienen, le preguntan, invitado de quien es, el solo sonríe ligeramente y muestra la invitación correspondiente, un poco maltratada. Receloso y desconfiado el hombre llama a la siguiente calesa y le permiten subir.


Él en breve trayecto va observando los grandes jardines, arbustos, tal vez buscando por donde pudiera huir en caso de ser necesario…


Para el carruaje y le abren la puerta, mucha elegancia en el lugar, la mansión como de película, grande, hermosa e impresionante, ya estaba dudando si estaba en el lugar correcto. Pone un pie en la escalinata, y retrocede; le dice al hombre que estaba recibiendo a los invitados, quiero fumar un cigarro antes ¿puedo?
– Desde luego señor, aunque también puede fumar adentro, ya sabe que aquí no hay restricciones…
– aaah si, lo sé, pero no traje muchos, y no quiero que mis amigos me pidan, mejor fumo aquí en los alrededores, diciendo esto, saca su cigarro, y busca su encendedor, alejándose lento por alrededor de la mansión.


Fernando observa por los ventanales, y ve mucha gente muy elegante, hombres y mujeres, jóvenes, maduros, no había un rango de edad, pero todos se veían que se conocían. Pensó que se darán cuenta que nunca ha estado allí. Siguió rodeando la casa… llego al área de la cocina y estaba el ir y venir de los sirvientes, con cacerolas, cajas de vino, sidras, charolas, panes, de todo…estaban entrando y saliendo aprisa, ya que la hora de iniciar era inmediata. No reparaban en él. Así que espero que haya una oportunidad de entrar por allí. Pero de repente al replegarse en una pared, escucho murmullo de gente hablando… puso más atención, Una mujer decía… Vamos tener éxito, lo que haremos es presentar primero la mercancía de siempre, ya sabes atuendos sexys, tanto para las mujeres como para los hombres, ya casi al final la mercancía nueva, aún más sexys… esta vez hay mucha variedad, de todos estilos. Ya sabes que hay clientes que tienen su pedido pagado con anticipación, esa mercancía no se exhibe. Solo lo que aún no tiene compradores.


Asombrado, pero más decidido, recompone su presentación, para regresar a la entrada principal, cuando de pronto, se abre la puerta de servicio y salen dos hombres y una mujer llevando a otra con la cabeza cubierta, se veía maltrecha o no en sus sentidos… Entonces decide entrar por la puerta de servicio… entra y todos trabajando, sirviendo vasos y copas con bebidas entraban y salían por donde parecía el acceso al salón principal, en sudoroso y con miedo caminaba por los pasillos, cuando escucha que dicen, allí viene Madame a checar como esta todo.

Se repliega en una pared que lo oculta de la vista y entra una mujer madura, él no la ve, pero si escucha sus instrucciones e identifica que es la misma que hablaba de la mercancía a ofrecer a los invitados.
– Ya saben el protocolo, sirvan copas, bebidas, los bocadillos, y dejen las mesas listas con suficientes alimentos y bebidas luego del desfile, desalojan el salón y solo se quedan los 10 meseros de siempre, ellos atenderán a mis invitados. Los demás se van a sus habitaciones y no salen vean u oigan lo que sea. Saben que me gusta y pago bien la discreción. Todos dicen “si Madame”… a punto de retirarse dice. hay una chica nueva que no está en condiciones de salir, por favor llévenle algo para cenar. Y vuelven a cerrar por fuera. Dinora te encargo sus alimentos. (dirigiéndose a una del servicio)
– Al escuchar esto inmediatamente se imaginó y supuso que es Tania… ya estaba más que desesperado.
Sale la Madame de la cocina y ahora escucha que un hombre dice: Dinora, atiende a la chica indispuesta y regresa rápido, hay que terminar. Al oír esto intenta asomarse para ver a donde iba la tal Dinora, pero no logra ver desde donde esta; se estira un poco más y solo ve parte de la mujer prepara una charola con frutas, comida y bebidas. Y sale por otra puerta hacia el exterior. El impulso lo hizo moverse, pero con el pie tira una botellas de vino que estaban en el piso…se rompen y hacen ruido… todos voltean a donde se escuchó y ven el líquido correr por el piso.
-¿Quién rompió las botellas de vino? Regaña el encargado de los meseros… nadie responde ¿Quién rompió las botellas vuelve a preguntar? El solo atina a salir corriendo, era tanta su prisa que casi choca con los carruajes que ya estaban siendo guardados en las caballerizas.
¿Quién eres? Le preguntan y salen detrás 3 hombres… y le alcanzan rápido… se detienen, y le preguntan… ¿Quién es usted señor?
– Nervioso responde… Perdón soy un invitado de Madame Belmont, pero me perdí y estaba buscando el baño. Me dio pena haber tirado las botellas; pero al final de cuentas, no tenía por qué salir corriendo (dijo recuperando la compostura) cometí un error, pero para eso están ustedes; Para arreglar el desorden. Y permítanme que quiero fumar un cigarrillo. Dijo eso alejándose muy tranquilo dejando a los sirvientes contrariados. Que solo se vieron entre si y regresaron a sus labores.
– Fernando trato de buscar a Dinora, quien le llevaría comida a una mujer que no podía salir, pero ya no la veía.

En el salón se empezó a escuchar el bullicio de la música, las risas… estaba por ir al Salón cuando ve que Dinora sale de un área que parecía una cabaña cerro con llave y se fue hacia la cocina, espero que entre y fue a esa cabaña, tocó a la puerta y nadie respondió, rodeo para ver si había alguna rendija o algo… hasta que por una ventana, podía ver algo, una cortina no bien extendida dejaba ver un poco en el interior había una mujer sentada en la cama, no se veía claro, tomaba del vaso, se acabó la bebida y aventó contra la pared el vaso, comía como ansiosa, pero no lo disfrutaba, se le caía parte de lo que llevaba a su boca.
– Es ella… (decía en su mente, debe estar drogada)… Tania, Tania, decía despacio para que no le escuchen en la cocina o en el salón… la mujer aturdida, veía para todos lados… ¿de dónde venía la voz?
Tania, aquí, soy Fernando…
La mujer trata de ponerse en firme… cayéndose, se dirige a la ventana, logra correr la cortina y se le ve bien, era una mujer rubia, muy diferente… no era Tania (Fernando se asusta y decepciona)
¿Fernando? ¿Viniste por mí? ¿Traes dinero? Diles que habrán, yo te atenderé hoy… dice esto apenas pudiendo estar de pie por lo borracha o drogada que estaba.


Fernando se retira de la ventana apresurado, de nuevo va hacia el salón…. Entra cuando la música y el ambiente estaban para disfrutar, a la gente se les veía felices; platicas, risas… de pronto se encienden las luces de la pasarela… y anuncian el inicio del desfile… “SEÑORAS Y SEÑORES, Gracias por acompañarnos esta noche a nuestro gran desfile, ahora ustedes podrán ver a las modelos, y ustedes elegirán a su acompañante de la noche… demos un fuerte aplauso para recibirles y se animen a mostrar su mejor semblante” los aplausos resuenan y empieza el desfile, mujeres muy bellas y varones muy atractivos con ropa bien seleccionada, reveladora sin dejar de ser elegante y sexy… no se les veía muy entusiasmados por desfilar, no había el brillo de querer lucirse para llamar la atención, estaban sin expresión, sin emociones; eran muchos entre hombres y mujeres, algunos con lentes de sol o antifaces o maquillaje de fantasía (extraño por la hora y por estar dentro de un salón).


Fernando busca entre la gente a Tania, hasta que presta atención al desfile… allí estaba Tania, ¿era ella? Tenía antifaz y demasiado maquillaje, pero se parece mucho intenta acercarse, hay mucha gente… llega al escenario y cuando se acerca, toca su mano… un guardia le dice que no puede tocar la mercancía… Tania no se da cuenta y sigue en caminando como autómata… estaba extraña, muy rara. Solo veía como los invitados mandaban números por whatsapp, a un grupo…
– Él le dice a un hombre junto a él. No traje mi celular ¿Cómo puedo participar?
– pues en el grupo se manda el número de modelo que le interesa, ¿no te explicaron al pagar el cover?
-Sí, pero no traje mi celular, debo haberlo dejado en el carro… ¿puedes apartar una modelo por mí?
Deja ¿intento cuál te interesa?
– la número 16 con vestido rojo
– No, me manda a decir George que solo una o un modelo por invitado- ve directo con Madame, ella es más accesible. Debe estar en su oficina junto a la barra (indicando el bar al fondo del salón) Fernando se dirige a la oficina, apunto de tocar, ve a través de la puerta de cristal al fondo de la oficina a Madame Belmont de espaldas guardando dinero en la caja fuerte, ¿Tanto dinero deja el negocio? En ese momento se da vuelta una mujer muy elegantemente vestida…
– No puede ser, Es la viejita dulce del avión… ella es Madame Sophie Belmont. ¿Cómo es posible? ¿Ella planeo todo?


Ya no tocó la puerta se alejó mezclándose con los invitados algo confundido, porque podría reconocerlo… el desfile ya había terminado. Ahora como saber dónde estaba Tania, donde la pondrían o si alguien la había reservado… observo el escenario y por donde salían y entraban las modelos… se acercó lentamente, disimuladamente, mientras todos continuaron bebiendo y hablando de sus reservas… rápido subió al escenario y se escabulló por las cortinas, camino por los pasillos había algunas puertas cerradas, ¿en cuál entrar? Intento en alguna estaba con seguro, la otra también, una tercera se abrió, no había nadie. Camino un poco más y abre otra, era un baño sucio… se empezó a desesperar, ¿Qué hacer? Saco de su bolsillo su celular y marco al policía…
– Bueno, ¿comandante?
– Si diga- Soy Fernando, creo que estoy en el lugar donde tienen a mi esposa, es la Mansión de Madame Belmont, hay un desfile de modelos y ellas son vendidas a los invitados, y creo que mi esposa está aquí. Me pareció verla… por favor vengan… no sé qué pueda pasar aquí…
– ¿Usted está dentro de la mansión?
– Sí, estoy oculto en un baño, pero tengo que ver donde tienen a mi esposa, la perdí de vista. Todo fue planeado por una pasajera del avión, es Madame Belmont, por favor no tarden.
– Vamos inmediatamente, espero no estés equivocado.
Mientras con cuidado sale del baño, sigue intentando abrir puertas. Abre una donde hay algunos jóvenes cambiándose de ropa, que lo ven con curiosidad, como preguntándose quien es… a lo mejor son jóvenes que desfilaron, pero no parece que estén obligados a permanecer allí – se disculpa y cierra la puerta… Abre la siguiente y son mujeres jóvenes, que también se cambiaban de ropa, algunas muy tranquilas, otras resignadas… Perdón… busco a Tania…
_ ¿a quién? Pregunta una chica.
– A Tania, repite una chica nueva en el grupo, es mexicana…
– Las nuevas chicas nuevas están en el edificio de enfrente, hay un guardia en la puerta, responde. No podrás meterte como aquí.
– Perdón, y cierra la puerta.
Busca salir de ese edificio, cuando lo logra cruza al de enfrente… y en efecto hay un guardia sentado en la puerta, ¿Cómo me acerco? Piensa, de nuevo acude al cigarro, se acerca… disculpa amigo, ¿tienes encendedor?
-No señor, no tengo… en el salón hay encendedores, en las mesas.
– Si, pero salí para fumar al aire libre… bueno, la verdad también porque estoy impaciente, reserve compañía, pero ya tardaron el llevarla y quiero verla, me impresionó mucho.
– Si es alguna de las que están en ese edificio, no puedo dejarlo pasar, hay reglas, y si no las cumplo, pongo en riesgo mi trabajo.
-¿Tu trabajo? ¿Tú sabes cómo consiguen a las mujeres para traerlas?-
– No, y no es mi asunto, si ellas están aquí es porque así lo quisieron. Pero como sea no puedo dejarlo pasar…
– Te doy una propina, solo quiero ver si está aquí y me retiro (dijo poniendo en la mano del guardia unos billetes)
– El guardia se guardó el dinero, y le dijo. Aun así no le voy a dejar pasar; pero le puedo dejar que las espié por una ventana que yo uso para verlas cuando se cambian… venga por acá, dijo esto yendo hacia detrás de la habitación. Aquí puede tener buen espectáculo, no tarde… corrió la ventana.
– En efecto se veía a varias jóvenes cambiándose o ya desnudas, pero no le importaba con la mirada buscaba a Tania, algunas están recostadas, otras en pie o sentadas, entre las sentadas reconoció a Tania, que se quitaba ese maquillaje, pero se veía extraña, no estaba bien… Tania, Tania la llamaba… pero no escuchaba; Tania, Tania… al no escucharle se impaciento y brinco hacia adentro… corre entre las chicas hasta donde estaba ella; Tania vine por ti, ¿Cómo estás? ¿Qué te han hecho?


Tania a penas reacciona ¡Fernando! y lo empuja…. ¿Por qué viniste? ¿No estabas en México?
No, ¿Cómo me voy a ir sin ti? La policía viene a ayudar, ya avise al comandante que estas aquí, te estamos buscando, dice esto besándola… se oye la voz del guardia… HEEEYYY, Amigo…no puedes estar adentro… te dije que solo puedes ver desde afuera… salte, ya vienen por las chicas.
Tania oye esto y lo empuja más fuerte…. Tú hiciste esto, tú me vendiste.
No, no pienses eso, nunca haría eso… ¿Se conocen? Pregunta el guardia. Es mi esposa, la secuestraron le grita Fernando.
El guardia cierra la ventana por fuera y grita a los otros guardias – Hay un intruso en las cabañas, hay un intruso… Fernando toma a Tania de la mano, vamos veamos cómo salir de aquí… Tania aún no reacciona bien, no sabe qué hacer… Tratan de abrir la ventana, intentan en otra, por la puerta; la patea le tira sillas, las chicas asustadas, pero también buscando salir… intentan ayudar. Fernando rompe un vidrio de la ventana y quita el cerrojo que estaba por fuera… brinca para salir y ayuda a Tania… otra chica sale, y otra, en eso corre hacia donde guardaron los carruajes, pero en el camino venían corriendo los guardias, corre al monte cuando se oyen disparos voltea y una de las chicas que huía con ellos cae al suelo. Tania grita, llora… sigue corriendo tenemos que llegar a la salida van corriendo en el jardín entre arbustos y árboles, pero es poco lo que les pueden proteger… sigue corriendo pero su pie se va en un hoyo del jardín y se le disloca el tobillo, cae con mucho dolor, Tania intenta ayudarle, pero los alcanzan los guardias, y le dan una tremenda bofetada a Tania que la tumba al césped, los encañonan y los amenazan, creo que en vez de tener una mercancía, tendremos 2, mi amigo, tendrás que pagar de alguna manera los daños que hiciste.


Los ponen de pie a la fuerza, y a empujones los llevan a las habitaciones sin importar la lesión en su pie… encaminados a la habitación se escucha a otro guardia… muévanse, escóndanlos rápido, está la policía en la puerta… en eso Fernando empuja al que lo tenía sujetado y corre con mucho trabajo hacia la salida gritando… AQUÍ ESTAMOS!!, AYUDA, POLICIA!!… De un disparo lo callaron, cae al piso con un disparo en la pierna.
Los policías oyeron el disparo y enseguida desenfundaron y detuvieron a lo que estaban en la entrada, pidieron acordona el área y que nadie salga de la propiedad.


Se dirigieron por donde se escuchó el disparo llegaron rápido y encuentran a Fernando en el suelo sangrando. Tania sujetada por los guardias, y a distancia a una chica muerta. Procedieron a detener a todos los presentes, solicitaron ambulancias y medios de transporte seguro para las y los jóvenes en cautiverio… y a los invitados los llevaron en autobuses a la policía, para tomar declaraciones y tal vez detener por actos de corrupción.


En la ambulancia Tania dice: ellos me dijeron que tú me vendiste y que ya habías regresado a México.
-Cómo crees que me voy a ir sin ti… tenía que encontrarte. Ahora no importa que haya pasado, vamos a superar esto juntos. Cada uno en camillas tomados de la mano rumbo al hospital.
Ya en las oficinas de la policía; llamó la atención a las autoridades el llanto incontrolable de una señora de la tercera edad, Madame Sophie Belmont. “Nunca creí que las fiestas de mi nieto George trajeran tantos problemas, jamás imagine que pudiera hacer tanto daño a tantas mujeres y hombres jóvenes” “Tal vez la muerte de sus padres le causo traumas que no supe ver” ooh dios que pena….
Un asistente le trajo unos pañuelos desechables y un té para que se calme.
– Necesitamos que declare, le dijo el policía a ver dígame, ¿usted no sabía nada?
-Por supuesto que no, yo no salgo de mi habitación, hacen mucho ruido, pero no imagine la magnitud de todo.
¿Crees que esto es un sueño o imaginación? No; los secuestros y explotación de personas ocurren todos los días en el mundo.

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