Al día siguiente, se despiertan y pregunta Fernando. – Hoy tenemos otro recorrido programado, no tengo ganas de ir.
– Yo tampoco- responde Tania, vamos a tomar un café en el hotel y planeamos que hacer. Me doy un baño y bajamos al lobby.
Toman su café, un desayuno ligero e intentan llamar de nuevo a la familia, de nuevo no hay éxito.
Vamos a dar un paseo a algún lugar cercano para despejar la mente y pensar que haremos. – propuso Fernando. Salen y quien los viera pensaría que no pasó nada. En su caminar ceca del hotel un anuncio: “BUSCO SEÑORITA PARA HOSTESS PARA SUPLENCIA POR 5 DIAS, INFORMES AL SIGUIENTE NUMERO”.
Que te parece si vemos si es posible para que tengamos para algunos gastos, solo son 5 días. Nos quedarían 2 para terminar (diciendo con sarcasmo) “luna de miel” sugirió Tania.
-Pues no hay de otra. Contesta Fernando, también voy a reportar las tarjetas robadas.
Vamos a marcar de una vez… marcan y le contestan inmediatamente, le dan la dirección, y ven que no está lejos, está a unas cuadras del hotel, hacen la cita para dentro de 2 horas. Regresan al hotel para hacer las llamadas al banco (deben ir a la sucursal más cercana por un remplazo de tarjetas) ahora marcan y a su casa – al fin le contestan y quedan en depositar a la brevedad posible.
Ya lista Tania, salen para la entrevista, llegan rápido, checan la dirección y si ya están allí, el edificio antiguo, de la época renacentista, muy elegante, pero algo viejo y deteriorado, tocan la puerta y se oye el “clack” del seguro automático que indica que pueden pasar, empujan la puerta y ven que es un pasillo angosto, inmediatamente una escalera que desciende por ese pasillo poco iluminado, caminan unos metros y tocan en la única puerta que hay…
Adelanteee, está abierto.
Entran y ya cambia la imagen, un lugar bonito, una oficina normal, pocos escritorios, alfombras limpias como recién instaladas, muebles también con apariencia de nuevos. Algunas sillas bien acomodadas.
Buen día, hice cita para el puesto de Hostes suplente…
¿Tiene experiencia? Pregunta la entrevistadora.
-No exactamente, pero he trabajado como asistente administrativo, hablo un poco de inglés, y considero que me desenvuelvo bien en el trato al público.
-¿De dónde es usted?
– Soy Mexicana, realmente estamos de luna de miel, pero necesitamos dinero, llegando… en el aeropuerto nos robaron el equipaje, al día siguiente que fuimos a comprar algo de ropa nos asaltaron y nos quedamos sin dinero, no tenemos para lo básico, y aun no nos depositan mis papas, para poder cubrir unos gastos, y como el trabajo es por 5 días, creo que nos cae muy bien…
Con los ojos muy abiertos la entrevistadora la escuchaba atentamente… (Ambas volvieron la mirada a donde esperaba Fernando)
– Pues no sé qué decirle, creo que no les ha ido muy bien que se diga. Al menos ¿les quedaron identificaciones y su pasaporte? Pregunto, porque tenemos que registrarla con algún documento, en caso que se le contrate.
– Si aquí lo tengo conmigo. (abrazo su bolso)
– Permítame un momento, voy a confirmar con mi jefe, ya hicimos varias entrevistas y hoy debemos decidir, ya que es para iniciar mañana. (dijo esto ya levantándose y dirigiéndose a una puerta cercana, que curiosamente estaba junto a un espejo empotrado en la pared)
– ah permíteme tu pasaporte para mostrarle que estas legalmente en el país, y si dice que sí, le saco alguna copia, ahora te lo regreso
– -ok, si claro, (entregó el pasaporte)
Regreso con una sonrisa, me dice el jefe que no hay inconveniente, puedes empezar mañana. Ven 2 pm con ropa más apropiada y zapatos cómodos, el trabajo es pesado.
Pero tu novio o esposo, ya no puede pasar, te puede dejar en la entrada y regresa por ti en la tarde.
-Muchas gracias, aquí estaré puntual.
Se van contentos, algo les estaba saliendo bien, al fin.
Al día siguiente, a las 2 en punto tocan la puerta de nuevo el “CLACK” del cerrojo, abren la puerta y quien le entrevistó le espera, pasa, le dice amablemente.
– ¿A qué hora puede venir por mí? Pregunta Tania indicando a Fernando, como a las 11 pm, pero no será aquí, ya luego tú le hablas para decirle a que restaurante va por ti.. ya que son varias sucursales y aun no se en cual te asignarán.
– Ok, -viendo a su esposo le dice: te hablo más tarde, y nos ponemos de acuerdo. Sigue conociendo la ciudad. (le da un último beso de despedida)
– Si amor; nos vemos en la noche- responde.
Nota relacionada: El rapto (parte 1)