Durante varios años he visto infinidad de videos y documentales acerca del ataque a las Torres Gemelas, un suceso que aún es difícil de creer, como si hubiera sido una película de acción de Hollywood. Aquel trágico acontecimiento el 11 de septiembre del 2001 trajo como consecuencia una serie de sucesos que hasta la fecha han marcado no sólo a los ciudadanos de Nueva York, sino al mundo entero, la principal, la guerra declarada a Afganistán y miles de personas muertas. Aunado a ello, al interior de Estados Unidos, familias destruidas por la pérdida de un ser querido al momento del ataque, secuelas muy graves como enfermedades de quienes sobrevivieron debido a los gases tóxicos en la zona cero, personal de rescate, policías y bomberos que dejaron sus empleos por lo mismo, crisis emocional, psicológica y económica, entre otras. Sin embargo y a pesar de la tragedia, siempre hay algo bueno que rescatar como aquellos que arriesgaron su vida para salvar a otros, momentos de esperanza y solidaridad. Es el caso del jefe de bomberos Joseph Pfiefer.
Su historia es conmovedora y a la vez un digno ejemplo a seguir de quien demuestra con hechos su plena vocación de servicio a los demás.
El jefe Joseph estaba en el centro de Manhattan atendiendo una llamada de emergencia cuando el primer avión se estrelló contra la torre norte.
Joseph lo vio y supo enseguida que eso era un ataque directo y se movilizó de inmediato. Llevó a su equipo de bomberos a dicha torre y empezó a trabajar con un sólo objetivo: evacuar a la gente.
Joseph fue el primer jefe de bomberos en llegar y tomó el control de la situación hasta donde pudo y nunca perdió objetividad en su labor, siempre sereno y tratando de organizar a su equipo para salvar a la gente atrapada. Gracias a su esfuerzo lograron evacuar a gran cantidad de personas, de lo contrario hubieran muerto más del doble al momento del colapso de las torres.
No me enfocaré en los hechos ocurridos ya conocidos por todos, sólo mencionar y enaltecer a la persona de Joseph Pfiefer, como una persona dispuesta a dar la vida por los demás y salir adelante a pesar de esta tragedia tan grande. Desafortunadamente su hermano Kevin,
también bombero, falleció dentro de la torre norte, sus restos fueron encontrados 5 meses después.
Joseph no supo del colapso de la torre sur, hasta que logró salir del edificio donde se resguardó con otros compañeros, al salir y estar frente al lugar vio aquella escena trágica lleno de asombro, incertidumbre y terror. Hasta el mismo lo comentó: “sentí escalofríos”.
Enseguida se dirigió con los bomberos cerca de la torre que quedaba en pie tratando aún de organizarse y rescatar a la gente, pero el colapso no tardó en ocurrir y tuvo que salir corriendo con los demás. El panorama era totalmente desolador. Fue afortunado al sobrevivir, se reunió con su familia y en los siguientes días se dedicó consu equipo a las labores de rescate.
El 7 de septiembre del 2021 publicó su libro “Ordinary Heroes: A Memoir of 9/11”, narrando toda su experiencia y lo sucedido aquel día, así como celebrar a los héroes que dieron su vida por otros.
Compartiendo la valentía con la que aquellos hombres habían actuado.
En la actualidad funge como jefe de contraterrorismo y preparación de emergencias del equipo de Bomberos de Nueva York, así como orador y conferencista de algunas escuelas de EUA.
Ojalá Joseph Pfiefer sea por siempre recordado como un héroe que dio lo mejor para salvar a la gente ese marte negro. Cada ser humano tiene dones especiales, pero cuando ese don está al servicio de los demás y sin dudarlo lo ejercen, es un ser humano especial, un ángel que Dios envía para proteger a otros.
Que descansen en paz todas las víctimas del 11S-2001.
[…] 500,000 mensajes privados enviados en la ciudad de Nueva York el 9/11. […]