La noche era muy fría se sentía ladrido de un perro a lo lejos y el rugido del viento. Greg se estaba aprontando para irse a dormir. Antes de hacerlo decidió buscar algo más de abrigo en el placard. Encuentra una frazada bastante gruesa en el fondo y en un momento logra divisar otra puerta al fondo del placard.
Es algo muy extraño ya que hace unos años que vive en ese lugar y nunca se había dado cuenta de esa puerta. Para su sorpresa empuja un poco y la puerta se abre. Fue tal su asombro y su curiosidad qué decidió buscar una linterna e ir a investigar de que se trataba todo eso.
Luego de unos segundos con la linterna en la mano giro la puerta abrió y muy lentamente, comenzó a divisar que había un pasillo muy oscuro. Siguió caminando por él, y para su sorpresa divisó una escalera de piedra que comenzó a bajar.
Encontró rayas y dibujos que no entendía su significado trazados casi indelebles en las paredes, el olor a moho, encierro, humedad y la falta de aire se tornaba asfixiante, además de la oscuridad que era total.
También había restos de gruesas cadenas, algunas amarradas a las paredes de piedra, otras paredes erosionadas y faltantes de algunas partes, como que algo había sido arrancado de algunas de ellas. Todo muy siniestro y oscuro, al igual que lo denso y sofocante del lugar.
Luego de bajar unos veinte escalones se veía una especie de túnel en el cual se divisaba una luz muy fuerte al final del mismo. Greg siguió caminando hasta que en un momento sintió que la luz lo encandilaba y tuvo que cerrar sus ojos.
Luego de un lapso que se torna una eternidad, abre los ojos, se siente aturdido, cansado. Estaba en su cama… Se levantó con gran esfuerzo, necesitaba tomar agua, sentía su garganta seca, no lograba tragar.
Cuando vuelve con el agua, para en seco su trayecto cuando al lado de su cama divisa una especie de cadena con una chapa de algún material similar al cobre y lee en letras negras: ”Recluso – 12 1950”.
