– Las palabras son tremandamente poderosas, con ellas puedes construir o destruir una vida, un futuro, un proyecto, una esperanza… principalmente los tuyos.
Si cada vez que tu hijo se cae, mientras está aprendiendo a caminar, acostumbras decir: «ay, pobrecito» ¿qué crees?… lo estás impulsando al fracaso, y no por decretos ni nada esotérico, sino porque tus palabras están reflejando tu actitud personal ante la vida, y obviamente, ante la manera en que estás asumiendo el compromiso de educar a tu hijo.
Si cada vez que tienes que enfrentarte a un reto, a la primera falla renuncias diciendo: «No puedo hacerlo», estás desperdiciando la oportunidad de lograrlo, y eso es algo realmente lamentable, porque si en algún momento tuviste la inquietud de hacerlo, es porque tienes la capacidad de materializarlo, y al renunciar, estás perdiendo la posibilidad de hacer realidad tu deseo.
Gobiernate
Tú, y sólo tú, puedes y debes tener el control de lo que dices, de lo que píensas y de lo que sientes. Ten mucho cuidado al repetir palabras y argumentos vanos, sólo porque son tendencia. Dí, cuando sea conveniente, sólo aquellas cosas que vayan de acuerdo a tus creencias reales y positivas.
¿Por qué hablar de la mala suerte cuando eres tú el arquitecto de tu destino?… Tú tienes la capacidad de construir tu presente y tu futuro de la manera en que mejor te parezca… No culpes a la suerte, ni a Dios, ni al gobierno… Tu suerte depende de tí, y sólo de tí… así que sé valiente y toma la responsabilidad de tu destino.
Así, de la misma manera en que tus palabras impactan tu presente y tu futuro, tienes la capacidad de impactar la vida de tus hijos, de tus amigos, de tus conocidos, DE TÍ MISMO… Cada palabra que digas, es una semilla sembrada en el alma… antes de hablar, piensa con prudencia ¿qué quieres sembrar? ¿Éxito o fracaso?
[…] que el decreto se haya grabado en tu mente y que a partir de ahora, hoy y todos los días de tu vida sucedan cosas […]