Sabrás que es el momento de guardar silencio, cuando en tu afán por proteger a alguien a quien amas, no te quiere escuchar y te responde de manera agresiva, con una mirada violenta y se olvida de la cortesía con la que te debería tratar.
Cuando haces preguntas porque realmente te interesa saber si esa persona está bien, a dónde va o cómo le fue durante el día, y te responden con evasivas, o preguntándote si es que acaso eres policía, porque se sienten fiscalizados y que invades su privacidad… tienes que entender que es el momento de callar.
Y si apagan tu alegría porque quieres compartirles aquellas cosas buenas que acabas de experimentar, o tus nuevos proyectos y sueños que tanto te ilusionan y llenan de entusiasmo, pero a ellos parece que no les importa y muestran fastidio al tener que escucharte… sabrás que es mejor callar.
Respetando su libertad
Por mucho que te preocupes y quieras protegerlos, por más que intentes ayudarlos para mejorar, si ellos no quieren escucharte y te responden con cruel aspereza… es momento de guardar silencio, es momento de callar.
Respeta su libertad a equivocarse, a hacerse daño o negarse a mejorar… Respeta su libertad a no escucharte, a ignorar tus opiniones, están en su derecho a rechazar tu interés por ellos, tu cariño, tu amor real.
Pero ten presente en todo momento que nadie, absolutamente nadie, tiene el derecho ni debe sentirse libre, para faltarte al respeto, ni para lastimarte, ni mucho menos, para pisotear tu dignidad.
Recuperando tu individualidad
Aquellas personas que hoy ya no quieren escuchar tus sugerencias y consejos, a pesar de que algún día dijeron admirar tu sabiduría, o acudían a ti en busca de apoyo y consuelo, posiblemente consideran que no te necesitan más…. Entonces, ha llegado tu momento de guardar silencio, y por difícil que resulte, acepta que es momento de callar.
Deja que cada quien se preocupe y ocupe de sus asuntos y recupera tu individualidad. Vuelve a tus antiguos proyectos, esos sueños que dejaste en pausa por dedicarte a los sueños y proyectos de alguien más.
Siempre hay alguien que valora tus palabras, tu experiencia, tus consejos… Alguien que considerará un privilegio escucharte con atención, admiración y respeto… Alguien que te brinda una tierna y amable sonrisa… Alguien que te mira a los ojos, cada vez que te miras de frente al espejo.
No te expongas, deja ya de intentar ayudar a quien no te quiere escuchar… Acepta que ha llegado el momento, de respetar y recuperar tu individualidad.
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