“No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir y evócala luego. Sí entonces eres capaz de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino.-Horacio Quiroga-
A lo lejos observo parte de mi gran gran vida que se ha esfumado. La que fue y dejó estelas de aprendizajes, recorridos taciturnos que me han acompañado en las trasnochadas épocas de bohemia cuando al son de mi guitarra evocaba las melodías que se mezclaban entre el silencio y mi sentir.
El trayecto de mi andar ha sido sinuoso, llenos de tropiezos y cuan más he caído. He saboreado el triunfo así como las mismas derrotas que me han pegado tan fuerte que en diversas ocasiones estuve a punto de claudicar.
Ahí donde se ha escrito en la adversidad, en los momentos en donde resurgen las ideas y se reflexiona la vida. A punto estuve de perder mi tiempo, pero nuevamente el universo me reintegró a ella, me otorgó la oportunidad de reivindicarme, a trazar mis objetivos y descifrar a qué realmente llegué a esta escena terrenal.
Hoy veo y vivo de diferente manera, cuando reflexionas la vida te das cuenta que el competir no es servir, que es mejor dar que recibir y que la mayor ganancia es ver sonreír al prójimo.
Me lleno de lo poco, y dejo repleto mi corazón, el que me incita a seguir del lado correcto, el que a través de sus palpitaciones mitiguen el sufrir de aquellos que padecen, a los que a través de mis letras se les conmina a ser mejores, y a disfrutar de nuestro Edén terrenal. El tiempo continúa y la piel se desgarra en pedazos, crece el sentir mediante los sucesos, los acontecimientos en donde quisiera dar más, pero sin embargo se está exhausto, desfallezco en el intento y lo vuelvo a emprender hasta ver los resultados que me gustan; aquellos que llenan de alegría mi rostro y se transforma en una sonrisa.
Me miro con respeto y me transformo en lo que quiero ver, en la forma que quiero cómo me traten. Me vuelvo un roble fortalecido compartiendo el espacio con las avecillas canoras que en su noble canto revisten el sentir enamorado de quien ama vivir.
Y el viaje continúa, con menos dudas que al principio, con más madurez que ha sido sólo el fruto de mi constancia de un diario ejercitar de mente, alma y cuerpo. Hoy me miro en un sueño de silencios, los que en el andar callan y en mis tiempos me llaman, Hoy sé que soy tan solo :Un Enamorado de la vida…