La isla del tesoro
El Gran robo
Allá en lo último del horizonte, donde el mar se une con el cielo, existe una Isla, donde un grupo de perros liderados por Scrappy Patas Veloces y Toby el Despiadado, se encargaban de proteger las croquetas, huesitos y uno que otro chamorrito, que eran la delicia de todos los canes de la isla. Casi nadie entraba a territorio perruno sin la anuencia de Scrappy y toby.
Sin embargo, existía Lucas Poco Olfato, un perro astuto y calculador, de cara chata y orejas pronunciadas, quien ni tardo ni perezoso ideó un plan para robarse los alimentos y así convertirse en el rey de la Isla. Lucas sabía que tendría que enfrentarse a Scrappy y Toby, quienes eran los guardianes de las croquetas, por lo que comenzó a prepararse para la batalla. Hizo un plano en un pedazo de papel y así dio inicio a su maléfica idea. A pesar de no tener buen olfato, tenía una vista envidiable.
Una noche, cuando las estrellas iluminaban la playa, y el oleaje emitía sonidos armónicos, Lucas atacó el campamento, y comenzó una gran pelea en la que se enfrentaron los tres perros. Scrappy y Toby eran más fuertes, pero Lucas, a pesar de su gordura, era muy astuto y escurridizo, y en un descuido mordió la pata de Toby, y posteriormente le asestó otra mordida en el pescuezo a Scrappy que aulló de dolor. Al ver esto, el chato espécimen decidió escapar con un par de croquetas. Y un Chamorro en el hocico.
A pesar de la derrota, los guardianes del tesoro no se dieron por vencidos, y comenzaron a planear su venganza contra Lucas. Después de varios días de entrenamiento y preparación, los dos perros se enfrentaron a Lucas en una gran batalla final.
La pelea fue muy intensa y los tres perros demostraron su habilidad y astucia en el combate. Finalmente, Scrappy patas veloces y Toby el despiadado lograban vencer a Lucas, quien huyó del lugar dejando atrás las croquetas y el chamorro que había robado.
Scrappy y Toby regresaron a su hogar con las croquetas a salvo, y fueron recibidos como héroes por todos los perros. Desde entonces, se convirtieron en los guardianes más respetados de la Isla del Tesoro, navegando por los siete mares e imponiendo su ley. y Lucas, poco olfato, nunca volvió a intentar robar las croquetas. Lo desterraron para siempre de la isla del tesoro.
Edgar Landa Hernández.
