EL CEREBRO DEL GUSANO

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En su ojo estoy, adentro oculto atrás de la esclerótica, disfrazado en una vena roja que se abulta por las noches, mi presencia es interpretada como consecuencia del cansancio. Después de todos estos años él aún cree que pudo evitar mi camino, ahora tú y yo sabemos que sí logre entrar en su cerebro. Es un lugar lleno de reflexiones sobre el dominio a los otros, con argumentos elegidos acorde a las falsas necesidades.

Adora las caricias, dos caricias en la nuca, brillo que te lleva a su oscuridad, penumbra que solo existe porque la luz lo permite. Conozco todos los rincones de su cabeza, es un hogar perfecto no hay razón para querer devorar este estable hábitat.

Puedo conocer y ver sus visiones; tres botellas de vidrio en el piso, vestidas con etiquetas, ropas amarillas usadas. Vivimos bajo el imperio de las debilidades, sustancias tóxicas que embriagan y alucinan su cerebro y mi reflexión. Su hermano fabrica bolsas de algodón bañadas con mentol caliente, se usan para desintoxicar la vía respiratoria, permite inhalar con toda profundidad las sustancias y viajar entre suelos y bosques hasta encontrar el mecanismo de una estructura perfecta en donde no resuene la discusión personal absoluta.

En ocasiones no logró escuchar todas sus conversaciones, eso ocurre durante mi momento de alimentarme, te preguntarás ¿De qué se alimenta un gusano que se filtró por tu ojo y habita en tu cerebro? La materia amielinica produce un líquido que me permite vivir sin tener que modificar mi estructura física, ese elixir se produce cada vez que está creando alguna idea y él piensa en todo instante situaciones nuevas.

Algunos de sus pensamientos penetran hasta sus huesos, eso lo sé porque las ideas que no logra cumplir le producen un intenso frío en su pierna derecha. Tener frío es una sensación de querer más, pero no todas sus ideas despegan, las otras se convierten en escritura. Te veo en la cama con tus piernas desnudas mirándome, voy a la silla, las nalgas y pies son sombras abajo de la mesa, estamos amándonos hasta el éxtasis, arriba los vasos a medio beber, el postre está intacto, saboreamos ese dulce hedor de los besos pegado en el sarro de los dientes. Soy la comezón que comienza en tu lagrimal, eres la vena que se inflama adentro de nuestra esclerótica, es la cuchilla, son la paz que falla, la bombilla que se revienta entre las manos.

Sé muy bien que él tiene la ocurrencia de imaginar que tal vez estoy adentro, pero han pasado 28 años, esa vida adicional lo hace dudar, ignora que mi parasitismo no es causa de muerte, desde el primer día decidí no infectar mi cuerpo, ni dejar crecer algunos segmentos, limitado en voluntad al uso de ciertos órganos, tengo un tubo digestivo capaz de producir un desecho que provoca felicidad en su cerebro y lo mantiene vivaz.

La sobrevivencia perturba, quiero decirle mirate ese ojo, miralo bien, mirate en el espejo, me tienes en tu ojo, está ardiendo todo el arrabal del otro lado de tu ojo. Desdicha de no poder cumplir lo posible. No hay mucho para hacer en esta ciudad, solo podemos contemplar, siempre surge un enemigo, es la curiosidad de tener cerca una vida, la noche tiene en su poder todas las calles, me gusta ver las techumbres de las construcciones e imaginarme en todas y cada una de esas vistas, contemplando más allá entre las luces borrosas que regala la lejanía, es la distancia a la que estoy condenado por estar aquí, por ser él.

Algunas noches quiero salir y gritarle de frente
SOY EL GUSANO EN TU OJO

Durante el disfruté de la vida he aprendido a entender la carga de mi memoria, de nuestra memoria, conjugamos pensamientos, parecen ser una sola contemplación del mundo, visión integrada de cuerpos diferentes, fue por él que aprendí la interpretación de la lengua; hablar con su narrativa atemoriza mi identidad de gusano en su ojo.

Tengo recuerdos que no son míos, figuras artificiales. Quiero contestar varias de mis dudas, ¿si muero ahora estando dentro, él sufrirá la consecuencia de perdida de memoria e identidad, será permanente o temporal? Pero y si él muere ¿en que espejo me reflejaría?

Todas las personas que lean dirán que el gusano en el ojo es una representación sin nada personal, sin identidad comparativa o tal vez quieran investigar para averiguar que esta no es una vida falsa; cuando la humanidad termine de destruirse casos como el mío pasaran de excepcionales y asombrosos a breves y triviales, mañana moriré, soy un símbolo, un gusano de las generaciones por venir.

Lo veo escribir y creo sentir que me conoce, que me describe. Quiero contarle mi sueño, ese sueño ya está escrito, él lo escribió, yo lo he dictado, ambos determinamos el título, lo nombramos CALABOBO…

«Después de caer de aquel árbol, las mandíbulas se descompusieron, risas estrepitosas salen de las bocas, volaban carcajadas, todo eso representaba una sonora caída que me dejo con total privación de la vista durante unos instantes, todos esos minutos fueron una vida secreta llena de alucinaciones, mi respuesta siempre fue decir que tuve ceguedad con la prudencia de una no intencional caída.

Mi madre desde la covacha escucho las risas, acudió al instante, verme en el piso la hizo dudar, su hijo solía hipostasiar todos los detalles que encontraba en los libros, era una mente abstracta considerando sus imaginaciones una realidad. Pero ¿qué madre juzga a sus criaturas? Juez, juzgadora, esa práctica era un espacio hueco dentro de su cuerpo, una sombra cualquiera y cerrada, un ligero espacio y estrecho como los repliegues de los reptiles, justo entre sus branquias.

En Clunia, Ciudad de los Arévalos, los reptiles pertenecientes a la especie Clunicualida, tienen esa característica branquial. Las personas viejas de Clunia, en octubre se reúnen después de salir a cazarlos, rastrean a los reptiles por la senda de donde baja el agua, seguían por la lluvia que han recogido las hojas de las plantas, la naturaleza se convierte en un vehículo moderno, un taxi urbano para cazadores, las gotas de lluvia son ojos vidriosos que almacenan las imágenes de todos los que pasan junto a ellas, su vidriosidad conserva el más mínimo detalle, las imágenes se arrugan dentro de las gotas; para descifrarlas se requiere de un leptospiroso, su continua cercanía con agua contaminada le permite tener el don de leer entre gotas. Los leptospirosos son persuasivos en sus búsquedas, no tienen ningún sentido translatico, son descendientes de un imperio de criaturas cesareas, fundados con valor colectivo por su majestad el rey Mocalla; su nombre significa para su tribu pollo o gallina, la raza se caracteriza por saber conseguir lo que se desea, saben sacar provecho de todo encargo, conocen la delicadeza, son tramoyistas, jamás permiten la ofensa, son una cultura con propósito determinado, acumular todo el pani y así asegurar la vida de sus hijos, considerados recolectores de lluvia.»

(decidimos agregar este sueño en el libro Gusanos en el Ojo)

Tal vez algún día pueda llegar a ser un leptospiroso. Tal vez soy un leptospiroso mirando através de esta gota circular llamada tu ojo.

Fragmento de libro Gusanos en el Ojo
Paternidad Literaria TrodosMercado