El arte en tiempos difíciles. Vivir por vez primera una pandemia tan abrasiva y abrumadora no ha sido tarea nada fácil para ningún ser humano, mucho menos para aquellos acostumbrados a vivir con el mundo entre las manos y la rutina dando vueltas un día tras otro, sentirse encerrado entre cuatro paredes, es similar a encadenar el alma. Sentir que poco a poco las cosas dejan de tener sentido es una vía muy común a la que el pensamiento recurre cada día sin dar tregua ni descanso.
A pesar de la magnitud del problema, de las muertes, el dolor familiar, la pérdida económica en las familias más necesitadas, del distanciamiento de padres, abuelos, parejas y seres humanos en general, que tiende a ser de mayor magnitud que el sufrimiento propio es imposible desprenderse de la individualidad, que tanto nos caracteriza, y evitar pensar en lo complicado que está siendo para cada persona desde su distinta manera de ver las cosas este proceso mundial tan doloroso.
Estamos en el tiempo preciso para darle honor a quien honor merece y apreciar en medio del caos, a quienes ayudan a volver la situación más llevadera, y utilizar estas batallas personales como un cristal que nos permita apreciar el valor que tiene el arte para aliviar un alma, un espíritu o incluso en la medida más escéptica a una mente abrumada.
Es necesario apreciar en toda su magnitud aquellas historias contadas que te transportan a una realidad simultánea, alejada de virus, muertes, encierro, y todas las complicaciones que trae consigo la vida actual.
Llegó el momento de agradecer ese respiro regalado por un artista que ha puesto todo su afán en darle la oportunidad a cualquier ser humano de elegir un pequeño mundo en el cual vivir mientras la historia dure.
No hay como la sensación de abstraerse por completo y disfrutar una película, una canción, una buena fotografía o cualquier manifestación que sea capaz de tomarnos de la mano el corazón y llevarnos a la liberación, a dejar de lado tan solo un momento todo el caos que hoy en día nos aqueja, porque cuando la realidad duele, la ficción es un oasis que puede salvarnos.
En un momento de tanto pensamiento y reflexión hay que apreciar la labor de cada eslabón en la manera en que ha sido construida la sociedad humana, pero el arte es tan poco apreciado dentro de la cotidianidad que requiere de un cambio en la manera de pensar y percibirlo y esta es una oportunidad perfecta, necesitamos dejarnos ir en aquella obra que más feliz nos haga, y al final cuando seamos conscientes de la fuerza con que fuimos trasportados a otros universos , otros sentimientos y a otras vidas que no son las nuestras agradezcamos a cada artista por regalarnos tantos respiros en medio de la locura de la vida, y no olvidemos el peso y el valor que tuvo cada obra durante los momentos difíciles, al contrario, volvámoslo parte de nuestro diario vivir y tomemos finalmente el trabajo artístico como es bien merecido, valoremos y no volvamos a menospreciar el impacto que puede llegar a tener la vida de un creador y su trabajo en cualquier momento difícil.
Sigamos esperando que esta dura situación pase sin causar más estragos en el país y en el mundo y mientras eso sucede, tomemos de ella lo que nos haga crecer como humanos, vayamos de la mano con la oportunidad de vivir a través de otros y vayamos a pasear no solo por este mundo, si no por todos los que la imaginación ha permitido crear, a pesar de estar en casa, porque la fuerza y la voluntad no pueden ser eliminadas de la naturaleza humana a pesar de encontrarnos entre cuatro paredes físicas.
El arte en tiempos difíciles.
