Y resulta que hoy me dices que ya no puedes más. Que por más que lo intentaste, no me pudiste reemplazar.
Que al café de la mañana le pones más azúcar tratando de encontrar la dulzura de mis labios, pero al probarlo es tan amargo, como amarga es tu soledad.
Que en las noches tus cobijas, son ásperas y pesadas, y que huelen a dolor, el dolor que provocaste con tu maldita traición.
Y te abrazas a la almohada y me imploras por perdón, pero yo ya no te escucho, simplemente, ya no estoy.
Y te encierras en tu palacio, con paredes llenas de humedad, la humedad que se acumula porque no has dejado de llorar.
Y resulta que hoy me pides otra oportunidad, y prometes que ya nunca me vas a hacer dudar.
Pero yo ya no te quiero, ni lo quiero intentar, porque hoy mi mundo está lleno de armonía y felicidad.
Porque hoy mi café lo endulza la alegría de compartirlo con la compañía ideal.
Y desprende aroma de canela, amor y vida… No te quiero recordar.
Y en las noches me cobija y me abraza con ternura, la verdad con su piel fresca y desnuda… y en sus brazos puedo confiadamente descansar.
Y mi hogar huele a alegría, huele a paz, huele a abundancia, huele a respeto y perdón.
Y cuando abro las ventanas para que entre el sol, el aroma es más intenso, es aroma del amor.
Ya no quiero recordarte, te arranqué de mi alma con dolor. Ya no quiero escucharte… mi mente ya no recuerda tu voz.
Hoy mi vida es tan perfecta, ya no hay miseria interior. Hoy mi perfume es de grandeza ya no acepto algo inferior.
Sigue endulzando tu café cada mañana y nunca olvides tu error, yo no puedo perdonarte, porque ya mi alma te olvidó.
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[…] ‘Perlas’ de María Mar es una invitación a volver a lo simple, a lo natural, a la esencia, a lo auténtico y romántico. […]