El fin de semana tuvimos la oportunidad de conocer un hermoso, natural y místico lugar llamado HAMEKI, que es un hotel al aire libre bajo el concepto de Glamping o “glamorous camping”, está ubicado en el municipio de Homún, a 38 km de Mérida, rumbo a Cancún, está ubicado a la salida del pueblo, camino a la zona arqueológica y pueblo de Acanceh, todo esto en nuestro bello estado de Yucatán, México.
Inicialmente habíamos elegido ir a Izamal, sin embargo, por problemas de reservación cambiamos el destino. Nuestra idea era pasar un fin de semana relajado y tranquilo disfrutando el ambiente, el paisaje natural, los cenotes, la rica comida yucateca y vegana que tiene su restaurante, las amenidades y las instalaciones del bello lugar que un buen amigo nos había recomendado, sin embargo, esto se convirtió en un encuentro místico, romántico, con muchas historias y anécdotas que hicieron de nuestro fin de semana unos días inolvidables para recordar siempre y que a continuación les comparto.
Iniciamos nuestro viaje desayunando en un lugar muy bonito, en la carretera a Temozón, rumbo a la Isla viniendo de la carretera a progreso llamado La Libertad, con una comida excelente, con un sazón tipo cubano con un croissant Monterrey de Jamón de Pavo ahumado echo en casa con queso Monterrey, delicioso, buen café, buen servicio; pero el momento místico inicio a la salida del restaurante, misma placita, cuando fuimos a una tienda naturista que estaba ofreciendo descuentos por el buen fin, increíbles esencias y productos naturales, una larga y amena charla con la dueña del lugar que invito a Bea a trabajar en conjunto con temas holísticos y de sanación.
El recibimiento en HAMEKI fue muy cálido,
no solo por el hecho de que fue en la cocina, sino por la agradable atención de la gente, las sonrisas, los olores, la selección de vinos para nuestra cena romántica incluida en el paquete.
Posteriormente fue el reconocimiento de las instalaciones, la papapa del comedor las piscina que simula el fondo de un cenote pues está totalmente forrada de piedra, nos mostraron los baños que de entrada se me hicieron muy grandes para solo el uso de la piscina, separados los de hombre y mujeres por supuesto, en una misa hilera baños, regaderas y lavabo, solamente una de las regaderas con agua caliente, toda la propiedad se alimenta de energía solar y para potencia usan una planta de generación de energía a base de gasolina, toda la energía, la solar y la de la planta se almacena en baterías de gel, iluminación led en todas las instalaciones, muy bella, de muy buen gusto, ahorradora de energía y acorde con el tipo de ambiente, además de que el poste de luz más cercano se encuentra a 600 metros de distancia, tenían que generar su propia energía.
Posteriormente pasamos al área de los Glamping, en el centro del área esta un pequeño zócalo para la hoguera por las noches rodeada de sillas y sillones, donde se pueden azar sunchos y salchichas que la misma empresa te proporciona, pero la sorpresa fue ver nuestro Glamping, me sentí como en aquellas películas del desierto en las que los personajes llegan a un Oasis y están instaladas las casas de campaña, solo que en esta adicionalmente hay ventiladores y en nuestro caso una cama matrimonial, un tocador, buros, luces en el techo, luces en los buros y una agradable mesita de hierro con dos sillas, y que pregunto ¿y el baño?, pues no hay, resulta que el concepto es como el de un camping, el área de baños es común y es el que me mostraron a la entrada pegado al comedor, ya se me hacían muy grandes para la piscina, pues en el día sin mayor problema, pero en la noche, con el frio que nos tocó y para los que somos muy güichones fue toda una odisea, pero valió la pena la experiencia.
Había varias familias ya instaladas, la mayoría visitando la zona de cenotes y solo había dos parejas con sus hijos jugando y disfrutando de las instalaciones muy animadamente, disfrutando las delicias de la cocina y con la música ambiental.
Decidimos instalarnos y relajarnos un poco antes de ir a comer al pueblo de Homún
que está a cinco minutos y al desempacas me lleve la agradable sorpresa de que Bea había traído para estrenar sus cuencos que usa en sus sesiones de meditación, para los 7 chacras y su Ángel de vibración, me pidió que le apoyara en la filmación de un video para recordar el momento mágico pero me recosté un momento y con el olor del incienso que había prendido y el sonido de los cuencos y del Ángel me quede profundamente dormido, que grata y relajante experiencia, luego me mostro el video que ella misma tomo, que pena, e increíblemente los sonidos de afuera, ambientales y el ruido de las parejas que estaban en el área de piscina no se escuchó, definitivamente estábamos en otra frecuencia de vibración, quedo hermoso el video y el sonido excelente y relajante.
Fuimos a comer a Homún, un pequeño restaurante, tanto turístico como de comida del día para la gente que trabaja en el pueblo, 3 estancias místicas, escogimos un área donde las paredes de mampostería ya habían perdido su acabado y se veía la piedra, vegetación invadiendo la estancia con árboles típicos de la región, piso de gravilla y dos chamanes tipo indios apaches que vigilaban la habitación desde un pequeño altar, estos, no figuras típicas dela zona maya, fueron mandados a la dueña del lugar que nos comentó.
La comida deliciosa, Poc-Chuk y Queso relleno, con unos frijolitos colados, tortillas hechas a mano en un lek y agua de chaya con limón, espesa con mucho hielo, que delicia, acompañado con una alegre charla de quien imaginamos sería hermano de la dueña del lugar, muy atento y servicial a cuanta cosa pudiéramos necesitar, quedamos encantados con el lugar y acordamos regresar al día siguiente pues nos invitaron a comer pozole, estilo Jalisco, lo que no sabíamos en ese momento es que no llegaríamos.
Regresamos a HAMEKI a descansar y a disfrutar de las instalaciones, los juegos de mesa y el futbolito reconociendo el lugar, la hermosa vegetación y la puesta del sol, sin embargo, la temperatura seguía bajando, nos acomodamos en nuestros Glamping a esperar la cena romántica de pasta y vino, jugando mientras cartas y domino en un entorno muy agradable y diferente a lo que estás acostumbrado en una habitación de hotel
La cena fue magia pura,
en un tipi hecho a base de raíces de árboles tejidas a mano, una mesita, dos sillas, muy apretaditos, una rica pasta con y una rica botella de vino tinto merlot, español, tempranillo, muy bien tapaditos disfrutando al aire libre teniendo como testigo un cielo cubierto de estrellas.
Al día siguiente nos levantamos muy temprano pues teníamos incluida una visita a 3 cenotes, desayunamos en HAMEKI disfrutando de la rica comida que ofrecen, café preparado al instante, mantequilla, mermelada con una esmerada atención, teníamos la opción de hacer el recorrido en bicicleta, pero cuando nos dijeron la distancia preferimos hacer el recorrido en una tricimoto, ya instalados con nuestros chalecos salvavidas, obligatorio en la región y que además los proporciona el hotel incluido en el paquete, nos instalamos en el triciclo, con la gran fortuna de que nuestro guía y conductor resultó ser un chico estudiante de la UTM de la carrera de turismo, especializándose en ecoturismo de la región, nos fue explicando que en la zona había descubierto alrededor de 150 cenotes de los cuales solo alrededor de 26 estaban en activo, visitaríamos 3 de los más representativos, uno abierto, joven con pocas estalactitas, muy profundo, abierto, adecuado para los amantes de la natación, uno más antiguo, tipo caverna con una gran plataforma y formaciones interesantes y con pinturas en las paredes hechas por los antiguos mayas y un tercero, también tipo caverna con una plataforma al centro del cenote donde el agua estaba por cierto mucho más fría que los anteriores, en los cenotes ocurre un fenómeno térmico al estar en una cueva, cuando afuera hace calor en el interior el agua está fresca y cuando en el exterior hace frio la temperatura en el cenote es tibia, el promedio de temperatura en nuestra estancia estuvo alrededor de 26 grados, además de platicarnos de las formaciones de los cenotes nos platicó sobre las aves de la región, la vegetación, en endeble cultivo del henequén y como poco a poco ha desapareciendo esa gran industria que le dio vida y riqueza al estado, el árbol típico para identificar a los cenotes el Yaxche, las leyendas del pájaro Toh con su hermosa cola y dice:
Cuenta la leyenda que el Toh era uno de los pájaros reales que vivían en el reino de las aves de la tierra maya, en tiempos remotos, en aquel entonces, tenía una larga, delicada y brillante cola de muchos colores, que lo hacían verse tan hermoso como el mismo rey Kukul, por eso era admirado por las otras aves, esto lo volvió orgulloso y arrogante. En lugar de trabajar, se reunía con otros pájaros reales en las más frescas profundidades de la selva, donde pasaba todo el día contando historias y alimentándose en las tardes de insectos y lagartijas. Aún entonces, el Toh pedía a sus compañeros que le buscaran la comida, para no maltratar las plumas de su larga y hermosa cola.
Una tarde, negras nubes aparecieron en el cielo anunciando tormenta. Se convocó entonces a una reunión de emergencia de las aves para protegerse, asignando a cada una su tarea específica.
Chujut, el carpintero; Panchel, el tucán y Mox, Xtut y Exikin, los pericos y guacamayos, se dedicaron a cortar ramas para construir un refugio. Bach, la chachalaca y Cutz, el pavo de monte, llevaron las ramas más pesadas. Los pájaros pequeños, como cuervos y oropéndulas, se encargaron de juntar pastos y pequeñas plantas para cubrir el refugio.
Otras aves colectaron frutos y semillas como alimento, y algunas más se dedicaron a alertar a los animales de la selva. Entre todas ellas, Oc, el zopilote rey, actuó como jefe.
Sólo el pájaro Toh se negó a realizar cualquier trabajo, alegando ser “un aristócrata, no un obrero”. Las demás aves le decían que todos lo iban a sentir mucho si la tormenta los encontraba desprevenidos y le urgían a trabajar con ellos. Indignado el elegante pájaro, tomó su lugar entre los constructores del refugio. Pero no pasaron muchos minutos y ya se sentía cansado y sudoroso, de modo que esperó a que nadie lo viera y se escapó metiéndose entre los arbustos cercanos.
Ahí encontró un buen lugar para esconderse: las grietas de una pared de piedra. Se metió en el agujero, se acurrucó y se dispuso a dormir. Convencido de la efectividad del escondite, no se dio cuenta de que su larga cola colgaba fuera del refugio, sobre un camino donde los trabajadores pasaban con su carga.
Tiempo después, el pájaro Toh se despertó y escuchó a los otros pájaros cantar. La tormenta había terminado sin hacer mucho daño y todo el reino de las aves se regocijaba por la buena suerte. Salió de su agujero y voló hacia el refugio, donde preguntó a las demás aves si también se sentían cansados como él luego del exhausto trabajo realizado. Todos los pájaros asintieron, pero aseguraron que la labor fue necesaria para salvar el bosque y sus habitantes de lo que pudo convertirse en un gran desastre.
Entonces, los pájaros reales llamaron al Toh y juntos volaron a su lugar favorito para posarse entre la selva. Como siempre, el Toh se colocó en el lugar más alto del grupo, para que todos pudieran admirar su hermosa cola. En eso, uno de los compañeros del grupo se empezó a reír de Toh, señalando su cola. Poco a poco todas las demás aves hicieron lo mismo, diciéndole: “Tu cola está arruinada. Seguramente la dañaste cuando trabajaste tanto como dices”.
El pájaro Toh estaba seguro de que aquello era una broma, hasta que se miró y vio sólo dos largas varas desnudas colgando y terminando en un pequeño conjunto de plumas, como dos flechas.
Horrorizado, se dio cuenta de lo que había ocurrido mientras dormía. El engreído pájaro reconoció su culpa, pero no podía soportar que sus amigos supieran la verdad. Su orgullo pudo más que él y se alejó volando hacia la parte más inaccesible de la selva. Ahí cavó un hoyo en un banco de material y se metió en él.
Hasta nuestros días, el Toh permanece como recluso en la selva, evita a las otras aves y hace su casa en agujeros de las cuevas, que dan acceso a Xibalba.
y la leyenda de serpiente que cuida los cenotes por toda la vida de los mismos como un castigo de Kukulcán por desobedecerle, la cual dice que:
Cuenta la antigua leyenda que de todas las serpientes que habitaban la Tierra, Tzukán, protectora de grutas y cenotes, era única por su gran tamaño y misticismo, durante la primera sequía del imperio maya, hace miles de años, se le encomendó a Chaac, Señor de la Lluvia, recoger el agua del subsuelo y llevarla al resto del imperio maya. Chaac montó una bestia alada y buscó el precioso líquido por todas partes, pero los lagos, ríos y cenotes estaban secos. ¿Dónde estaba el agua?
Fatigado por la búsqueda, el Señor de la Lluvia decidió descansar un poco y se sentó sobre un tronco, pero este comenzó a moverse. La deidad y su animal se espantaron al ver que no se trataba de un pedazo de madera, sino del cuerpo de una enorme serpiente. Hambriento, el reptil abrió las fauces y de un sólo bocado devoró a la bestia alada de Chaac antes de que pudiera emprender el vuelo. El Señor de la Lluvia, iracundo, trepó por el dorso de la serpiente y la azotó con su látigo.
“Ahora tú serás mi montura por haberte comido a mi animal” dijo Chaac, de pronto, a la serpiente le comenzó a brotar una crin del cuello, de la cual el jinete se sujetó.
“¿Y tú quién eres para azotarme?” dijo enfurecida la
enorme serpiente Tzukán.
“Soy Chaac, el Señor de la Lluvia, y ahora también tu señor.
Me llevarás al mar para traer agua a los
cenotes que están vacíos, porque seguramente tú te la acabaste”.
Tzukán, aún más enojada, se retorció violentamente para sacudirse a Chaac de encima, pero lo único que consiguió fue que se le inflamaran las crines. Repentinamente, en los costados de su cuerpo aparecieron unas enormes alas que la elevaron y se dirigió al mar.
Al llegar a aquel enorme cuerpo de agua esmeralda, Chaac llenó cientos de vasijas y las ató al lomo de Tzukán. La serpiente estaba asombrada: era la primera vez que veía el mar.
“No volveré a las grutas” dijo Tzukán. “Me quedaré en el mar, aquí tengo mucho espacio y puedo ir a donde quiera”, “Primero debes terminar tu misión” contestó Chaac.
“¿Qué misión?” replicó Tzukán, “Tú vas a encargarte de vigilar los cenotes y cavernas y jamás habrá de faltarles agua, serás la guardiana del agua y sólo cuando seas anciana te permitiré regresar al mar “dijo Chaac, quien engañó a la serpiente porque sabía que Tzukán rejuvenecería eternamente.
De regreso hacia los cenotes, Tzukán derribó a Chaac con un chicoteo de su cuerpo, pero el Señor de la Lluvia agitó su látigo y provocó un trueno que mató de inmediato a la serpiente y la convirtió en miles de gotas de agua que cayeron sobre la tierra.
Los ríos, cuevas y cenotes se volvieron a llenar de agua. Lentamente, en el fondo de una gruta, las gotas de agua se condensaron hasta tomar la forma de la serpiente que creció y de nuevo le salieron alas. Tzukán abandonó su refugio para dirigirse al mar, pero en su camino se encontró a Chaac, quien le lanzó una potente ráfaga de viento y el reptil se transformó en lluvia una vez más.
Aunque la serpiente con crines y alas siempre quiso regresar al mar, quedó condenada, con su eterna muerte y reencarnación, a siempre mantener con agua los cenotes, grutas y ríos de Yucatán.
Regresamos a HAMEKI después del mediodía y nos sentamos a descansar, a tomar un aperitivo esperando la hora de la comida para ir por el pozole al pueblo, sin embargo, se acercó Abril, nuestra anfitriona para comentarnos que era el aniversario de HAMEKI y que nos invitaba a una ceremonia que habría con un Chaman (El Chaman maya es el curandero de esta cultura, el cual trabajaba especialmente con la finalidad se armonizar el cuerpo y la mente de todos los habitantes de su pueblo), Bea le comento a Abril que estaríamos encantados de asistir y agradeció la invitación y aprovecho para comentarle que ella realiza sesiones de sanación y relajación a través de sonidos y de Reiki (El Reiki es una práctica espiritual japonesa que asegura el alivio de gran cantidad de enfermedades transmitiendo energía a través de las manos, es una terapia que tiene un origen espiritual, la transmisión de energía vital a través de las manos) y charlaron un poco del tema.
Paso más de dos horas y el Chaman no llegaba, junto a nuestra mesa veíamos la inquietud de Abril de su mamá y su tía ante esta situación, en un momento la mamá de Abril comentó sobre los adornos de navidad y saco unos angelitos que piensa poner en el hotel como motivo navideño; está fue la señal para que Bea se acercará a Abril y le comentará que por casualidad traía los cuencos y ella podría hacer la ceremonia en el caso de que no llegará el Chaman, en ese mismo momento Abril se decidió y pidió a Bea y a su gente organizar todo para hacer la ceremonia, en 10 minutos estaba todo listo.
Se pidió a la gente que estaba hospedada en el hotel y a los colaboradores de Abril se acercaran para ser parte de la ceremonia, a mí me toco filmar que a continuación sucedió, es difícil narrar con palabras lo que sucedió después de unas palabras de Bea describiendo en que consistía lo que se realizaría, en base a sonidos y concentración siguiendo sus palabras y a las palabras de agradecimiento de Abril por el año que se estaba cumpliendo, las metas logradas, el agradecimiento a su gente por la confianza prestada y las bendiciones recibidas.
Fue mágico, muy breve pero emotivo, la gente se conectó con la naturaleza, el ambiente se llenó de paz, de relajación y de armonía, los empleados se conectaron con su trabajo realizado y agradecimiento al mismo.
Posteriormente se realizó una limpieza al lugar con incienso y se pidió testimonio a los empleados, fue muy emotivo el escucharles, lo que significa la atención de Abril hacia su gente como su activo más importante, el ambiente de trabajo, los comentarios de la amistad de las cocineras, el reencuentro, la recuperación de su amistad, el trabajo por gusto más que por necesidad, teniendo una doble bendición, y lo más importante, la liberación de Abril de una carga que venía trayendo de tiempo atrás cuando inició el proyecto de HAMEKI, además de dirigirse a la misma HAMEKI como un ente con vida proveedor de fuente de trabajo y diversión y descanso para los que hemos tenido el placer de disfrutar el lugar el servicio y sus instalaciones.
La comida estuvo deliciosa, para todos los gustos, y la tertulia de los acontecimientos del día posteriormente en la fogata que ya es una tradición día a día en el lugar donde se cuentan las historias de lo ocurrido en los paseos y se desarrolla una tertulia agradable, a veces familiar y a veces de amistad.
Una en particular, por los místico de los lugares alrededor me llamo la atención, la historia de la gruta, resulta que una de las personas que estaba en el lugar relataba a su familia que le habían llevado a conocer una gruta, de las que hay muchas en el lugar, no había un cenote, era una gran gruta con una enorme cúpula, con un guía y parcialmente iluminada, iniciaron el recorrido viendo las diferentes formaciones que se forman con las estalactitas de las cueva y relato que ya más adentro el guía les comento que no se fueran a asustar con los Aluxes, si les hacían una travesura, a lo cual la señora le pregunto qué de que se trataba, que son los Aluxes y le explico que los Aluxes son un tipo de duendes que llegan hasta la rodilla y son considerados los espíritus de los ancestros mayas o de la tierra que protege la selva maya, se dice que son invisibles pero que toman forma física y se parecen en miniatura a los mayas vestidos de manera tradicional, no son malos, solo cuidan su territorio, si se les trata con respeto, o se les deja un obsequio, los Aluxes traen buena suerte y son muy útiles pero de otra manera suelen jugarles bromas a la gente, a lo cual ella le contesta, “no manches, y nos lo dices hasta ahora, no traigo nada en mi bolsa, ni dulces, ni cambio, oye… será que acepten tarjeta de crédito, porque si no ya me fregué”.
Más allá de lo bien que la pasamos, más allá de las experiencias, místicas, de lo bello del lugar, las atenciones, el paisaje, la naturaleza, las aves, lo chusco, las leyendas, me quiero quedar en el análisis del origen del viaje y porque estábamos ahí en el momento que nos necesitaban, ¿casualidad, Diosidencia, el destino, la misión… como les gustaría llamarle?
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