En tiempos de diversidad son comunes la rispidez, la controversia y la confrontación. El mundo atraviesa esa etapa. Por otro lado, la globalización y la tecnología están mostrando sus efectos adversos, principalmente en las sociedades menos desarrolladas y poco preparadas para los nuevos desafíos. Aparte, están las pugnas derivadas de intereses políticos, económicos y las purgas ideológicas. Los fracasos y debilitamiento del neoliberalismo, hicieron resurgir las fuerzas de la izquierda y el radicalismo de la ultraderecha.
Ahora mismo, regresan a la balanza social los valores primarios, la ética, la moral, la honestidad, la justicia, la igualdad y el humanismo, ante los embates de los grupos de interés económico, que se proponen mantener como ejes rectores a los negocios, el capital y el consumo, aún a costa de la devastación del planeta y el suicidio colectivo.
¡Serán suficientes el derecho y la justicia para terminar con la confrontación y el caos estacionados en el mundo, y que por instantes, parece va en caída libre hacia la decadencia insuperable.
Al respecto, Apolonio, un superviviente en México de la profesión de abogado, hace una reflexión y en un texto narrativo autocritico, sin renunciar a un contexto más esperanzador en el futuro, expone su punto de vista sobre la realidad,” El Abogado, profesional del derecho, cuya imagen ya no goza de cabal salud como antaño, ha visto rodar por el suelo su tradicional prestigio, por los estragos de la paulatina, pero constante descomposición social que padece este país. Los factores preponderantes, la corrupción brutal y galopante que golpea cualquier actividad, el otro, la impunidad que ha socavado la confianza ciudadana en los sistemas de procuración e impartición de justicia.
Y precisamente el Abogado, que debiera ser garante del respeto y cumplimiento de las leyes, ahora es un actor más del teatro de la corrupción y la impunidad. Complicidad, simulación, sometimiento forzado a las nuevas reglas no escritas del procedimiento judicial, han terminado con la carrera de muchos litigantes, que han renunciado a entrar al perverso juego de la corrupción, que no exime a nadie, desde el Actuario, el Secretario, hasta Jueces, Magistrados, Ministros, Fiscales y demás servidores públicos que debieran ser paladines de la Justicia Pronta y Expedita como lo impone el mandamiento constitucional.
No hay proceso legal que escape a la epidemia llamada corrupción, quizá la diferencia sea solo la forma, abierta o subterránea, de practicarla, o el valor económico que representa, según la cuantía del asunto y el sapo es la pedrada.
Por eso los Abogados de hoy litigan con el código y la cartera como instrumentos esenciales en los Juzgados, Tribunales de Conciliación y Arbitraje, Fiscalías y demás dependencias que intervienen en el proceso judicial.
Imposible para el Abogado salir ileso en su paso por los laberintos de las ahora Fiscalías, antes Agencias del Ministerio Público, y del mismo Sistema Judicial, de la materia que sea, civil, penal, laboral y la que guste, orientados para favorecer los actos de corrupción que pervierten el espíritu de la Ley y la Justicia.
Como vivir dignamente de su profesión, sin provocar una sangría al bolsillo del cliente.
El caso se vuelve una cuestión ética y moral, cuando a quien se representa, es un ciudadano en visibles condiciones de ignorancia y pobreza.
Otra celebración, este 12 de julio, de un profesional que actúa en instancias que lo atrapan y condicionan sin poder oponer resistencia, bajo el riesgo de no ser un abogado reconocido y sencillamente no poder vivir decorosamente de su carrera.
El que no transa, no avanza, frase lapidaria que refleja el lamentable rostro del ejercicio de la abogacía, actualmente muy parecido al de otras profesiones. Porque en todas partes se cuecen habas”
En el ambiente, parecen coincidir el reclamo social y la retórica de transformación, de cambios sustanciales e inaplazables en el Sistema Judicial del País. Es un periodo coyuntural. Cambiar esa realidad que duele y agravia, es un imperativo ético y un elemental sentido de Justicia. Hasta la próxima.
*Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores Independientes,
A.C. *Miembro de la Red de Escritores por el Arte y la Literatura, A.C.