The National
¿Y dónde quedaron las guitarras?
Los de Ohio siguen en la búsqueda de renovar su sonido de manera armónica y gradual, por lo que la base de este nuevo álbum son los sonidos digitales y la preponderancia de voces femeninas.
El experimento parece el paso natural de una banda que, aunque no ha logrado convertirse en una agrupación de grandes estadios, tiene una fiel base de seguidores que les exigen más y mejores propuestas, como ésta, en donde relatan la situación emocional de una mujer de clase media que pudiera ser cualquiera en el mundo de hoy.
Lo que pareciera un diálogo entre hombre y mujer, no es más que el modo en que la banda se hace un lado para darle el protagónico a las mujeres en su búsqueda por no llegar a la vejez sin cumplir con la mayoría de sus sueños. Un trabajo al cual se le encuentran muchas otras lecturas si se le acompaña con los videos que se hicieron para el álbum.
Indios
¡Qué si no se pusieron cachondos los argentinos!
La agrupación vuelve más sensual que nunca, con temas que se inclina más hacia el funk que al rock, logrando una combinación apropiada para hacer un pop delicado y cálido.
La placa es apropiada para un baile íntimo, con letras que exploran con entusiasmo la delgada línea entre el amor y la obsesión, convirtiendo la propuesta en una especie de danza «coqueta», que va de un lado a otro hacia la cordura y la locura.
Bufi
Mateo González se da a la tarea de rescatar sonidos antiguos del México setentero y desde el primer tema nos deja claro que la idea es transportarnos al pasado para armar una fiesta «como en los viejos tiempos».
Y aunque el nombre de su nuevo disco nos remite directamente al futbol, no hay nada del balompie en este trabajo pero sí muchos cencerros y bongos que dan a la mezcla un espíritu un tanto «africano».
Si bien no es el tipo de música para «volverse locos», es un retorno amable y plácido, con sonidos que invitan a la fiesta sin que sea el jolgorio total.
