Jens Lekman
Junto con su compatriota Annika Norlin, el sueco presenta el resultado de un intercambio de canciones que aborda por igual la muerte de cantantes, como el cambio climático. Son 12 temas que nacen de la necesidad de crear, sin importar que haya un hilo conductor, más que la retroalimentación del otro en un simpático intercambio de talentos e ideas.
Más curioso aún, parecen tratar de enterar al otro de lo que ha acontecido, pero poniendo la emoción del lado de la música, no tanto de las letras, resultando un trabajo simpático en su concepción, no así en la ejecución.
Sólo usaron un instrumento para cada canción, reduciendo al mínimo la posibilidades de «vestir» los temas. El ejercicio podrá no ser destacado, pero es prueba de su enorme talento.
Hombres G
Podrán dar muestras de seguir vivos, más no vigentes. El nuevo esfuerzo de los españoles por demostrar que aún pueden crear grandes éxitos como antaño es pálido y más cercano a la venta de remembranzas.
Los temas que mejor funcionan en esta vuelta tras 9 años sin aparecer con material inédito son aquellos que se apegan más a la balada pop que les lleno de gloria.
Los otros géneros que se escuchan en este trabajo indican que esa exploración les hubiera sentado bien hace un par de décadas atrás, no ahora que se ven rebasados por ritmos que les son ajenos. Pero, no tienen nada que perder y por eso pueden darse el lujo de «renacer», aunque casi la mitad del LP transiten como «zombis».
Arre! Arre!
El cuarteto punk se enarbola la bandera feminista para gritarle al machismo a la cara y cantarle sus verdades, en un esfuerzo que se inclina más por exponer las tremendas injusticias sociales que viven todavía las mujeres de hoy.
Con clarísimas referencias a himnos del rock de ayer, toman coros y frases memorables para mezclarlos con gritos de enojo y frustración, en una placa que derrocha honestidad y valida la necesidad de alzar la voz ante la desigualdad.
Breves y concisas, las suecas le ponen velocidad a la protesta, en una placa que se va como agua, no sólo por la duración, sino porque saben darle cadencia a tanta energía, con momentos surf que no maravillan, pero funcionan muy bien.