Cass McCombs
Aunque lo suyo casi siempre ha sido explorar la música tradicional estadounidense, esa que nos remite al country pero también al blues, aquí se da más libertades para acercarse lo más posible al free jazz, ofreciendo un trabajo delicado y enfocado a dejarse llevar, como en un sueño.
Y este discurso onírico parece ser el hilo conductor de un trabajo que se da el lujo de ir saltando entre géneros dentro de la misma pieza para lograr un rock cálido que no alcanza en ningún momento tintes experimentales, pero sí permite un disfrute orgánico de una propuesta que parece ir en pos del descubrimiento personal del autor, sin dejar por ello de involucrarnos en estas ansias de alcanzar «las puntas de la esfera».
Tan personal es el nuevo trabajo del californiano que hasta presenta un homenaje al fallecido Juan Gabriel de un modo bastante folclórico, pero sumamente opuesto a lo que representaría al Divo de Juárez.
The Comet is Coming
Un jazz excéntrico y lleno de poder es lo que traen ahora los londinenses, más psicodélicos que antes y dispuestos a ir muchísimo más allá de los clásicos, con la firme intención de llevar el género a otro nivel, uno más cósmico.
Más cercanos al rock progresivo de los 70 que a las raíces del jazz, el trío entrega un segundo LP explosivo, con una mística etérea y bastante luminoso, como un grito que te pide concentrarte en todo lo que encierra cada una de las piezas de «Trust…», que, como su nombre lo dice, te pide confiar en el sonido para dejarte ir.
Si este es el sonido «del cometa», lo que se viene después será demoledor.
Siete de Picas
Los madrileños han sabido capitalizar bien su fama en redes sociales para pegar con todo en el mundo pop con su LP debut.
Se trata de una oda a la juventud, a vivir sin preocupaciones, disfrutar el momento y olvidar que la vida adulta está a la vuelta de la esquina a punto de comenzar a cobrar derecho de piso. Si bien no revoluciona el universo de la balada fácil y pegajosa, sí es retrato de una generación que quiere gozar lo más posible antes de empezar a pensar en el paso del tiempo y las obligaciones que imponen la sociedad y el mundo.
Melodías amables y cantos llenos de esperanza predominan en esta placa que antes que vender corazones dolidos prefiere mostrar un rostro de brazos abiertos a la experiencia de ser joven.
