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Escucho en las noticias y leo en la internet muchos encabezados acerca de la Copa GNP y no tengo ni la más remota idea de qué es que están hablando. Pero, si todo el mundo habla de eso, seguramente debe ser un tema importante.

Hay ocasiones en que prefiero evadir deliberadamente algunos temas porque los considero nocivos, vanos o simplemente porque no me interesan, sin embargo, hay algunos que quizás debería considerar, no por el tema en si, sino por lo que hay al rededor de él, por lo que representa socialmente o por lo que puedo aprender y capitalizar del tema.

El fútbol, por ejemplo, es un tema que nunca ha estado dentro de mis favoritos. Pero si puede mover al mundo, encender pasiones y generar tanto flujo económico, creo que sería buena idea detenerme un momento a escudriñar qué secretos puede tener para mi crecimiento personal ese asunto.

Cuando aún era joven, en mi casa nunca se veía el fútbol, de hecho, creo que jamás escuché a mi papá hablar del tema. Más adelante, cuando ya no vivía con mis papás, las reuniones que había en torno a ese deporte, me resultaban bastante incómodas. Algunas veces porque yo terminaba más aburrida que ‘un ejote en medio del desierto’ mientras los demás hablaban apasionadamente de cosas totalmente irrelevantes o incomprensibles para mí, y otras ocasiones porque me parecía (y me sigue pareciendo) absurdo que personas que decidieron reunirse a ver un partido de fútbol invirtiendo no sólo su tiempo, sino también su dinero, ya después de unas cuantas cervezas, terminen discutiendo tan acaloradamente que puedan romper la amistad… y quizás también romperse la nariz de un golpe.

Y justo ahora, pensando en que lo que para mí sería aprovechable del tema, es precisamente el entorno en que se dan esas reuniones. Cuando hay un partido que sí me atrae ver, por ejemplo, en un mundial, no me interesa por los goles en si, lo que me emociona es la representación de mi país en un evento de talla mundial, es la manera en que la gente puede unirse al rededor de los colores de una bandera nacional, sin importar en esos momentos cuales sean sus colores personales en cuanto a política, religión o sexo.

Quizás sea buena idea aprender un poco de fútbol para entender el contexto de la reunión con los amigos o para sostener una conversación diferente con mi esposo una tarde de domingo.

Aprendí a nadar
Quítate los lentes obscuros.

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