Cuando el dragón despierte.
John M. Ford / 1983 / 334 páginas / Editorial Roca.
1478:
El alba del Renacimiento. La Guerra de las Dos Rosas ha llevado a Eduardo IV al trono de Inglaterra. La resplandeciente corte Florentina de Lorenzo el Magnífico prospera sobre la opulencia de la casa Medici. Leonardo da Vinci trabaja en sus asombrosos estudios anatómicos. Pero no todo es como debería ser…
A todo lo largo de Europa las fuerzas de la oscuridad, la magia y la rebelión se están reuniendo, conduciendo y confrontando a extraños personajes: el duque vampiro de Milán, el heredero del trono de Bizancio, Ricardo III, Luis XI de Francia…
Entre tanto, en las colinas de Gales, Hywel Peredur vigila al Dragón Rojo que se alza de nuevo para liberar a su pueblo del Dragón Blanco de Inglaterra.
En esta historia existe la magia, mucha magia y es poderosa, pero tiene un costo. Y el entramada de la historia se mueve hacia atrás en el tiempo para ver afectado el presente y crear un nebuloso futuro.
La historia fuera de la realidad.
Ricardo III fue rey de Inglaterra y Señor de Irlanda desde 1483 hasta su muerte en la batalla de Bosworth en 1485. Fue el último rey de la casa de York y también de la dinastía Plantagenet. Su derrota en Bosworth, última batalla decisiva de la Guerra de las Dos Rosas, marcó el final de la Edad Media en Inglaterra.
Cuando murió su hermano, el rey Eduardo IV, en abril de 1483, Ricardo fue nombrado Lord Protector del reino del hijo mayor y sucesor de aquel, Eduardo V, de doce años.
El joven príncipe Eduardo y su hermano menor, Ricardo, duque de York, dejaron de ser vistos en público a partir de agosto, por lo que circularon acusaciones de que habían sido asesinados por orden del rey Ricardo.
El 22 de agosto de 1485, Ricardo se enfrentó con las fuerzas lancasterianas de Enrique Tudor en la batalla de Bosworth. Según una tradición, Ricardo consultó a un vidente en la ciudad de Leicester antes de la batalla, quien predijo que «donde tu espuela golpee en el camino a la batalla se romperá tu cabeza en el regreso». En el camino a la batalla, su espuela golpeó el pretil del Bow Bridge.
De acuerdo con la leyenda, al volver de la batalla con su cuerpo sobre un caballo, su cabeza golpeó en la misma piedra y se rompió.
La historia dentro de la realidad.
Está dividida en varias secciones con personajes independientes al inicio del viaje:
Primera parte.
Citas:
«—¿Cuál es vuestro dios? —dijo Hywel, casi en un susurro.
—El mismo que adoraron los constructores de Kyklos Sofía. La perfección de la curva. El encuentro de las piedras. El tiempo, la energía y la precisión; ésos son los verdaderos dioses del brujo, aunque me atrevería a decir que encontramos otros más adecuados por los que maldecir.»
«Pasaron junto a cuidadas viviendas de madera y arcilla encalada, techos inclinados cubiertos de madera, tejas o incluso plomo, pues Alesia prosperaba; los dos cosecheros más ricos de la ciudad y el banquero judío la estaban reconstruyendo en piedra desde Narbo hasta el sur… Lyon, como la llamaban los franceses.»
Hywel en Irlanda conoce al mago druida que le enseñará TODO lo que necesita saber para la futura misión de la que dependen su tierra.
Demetrius Ducas en Bizancio se ve iniciado en los misterios de Mithra: es el cuervo que da las noticias al dios solar para confirmar que ha aceptado la misión de derramar la sangre del toro, donde la tierra humedecida en rojo permitirá crecer de nuevo la vida. Alguien, en algún tiempo, quizás lejano, ha decidido que su linaje no merece estar en este mundo.
Cynthia Ricci es la dottorina de Lorenzo «El magnífico» de Médecis en Florencia. Afectado por la gota, enfermedad que se llevó a su padre dejando su cuerpo retorcido, se ve involucrada en una conspiración que puede venir de Milán. Enemigo portentoso por propagar una extraña enfermedad que no tiene cura y donde el afectado pide con ansiedad sangre para seguir viviendo.
Segunda parte.
Citas:
«Entraron en un solar que casi hacía honor a su nombre mientras el sol luchaba con las nubes. En los muros interiores había colgadas armas de caballería, y un pequeño retrato, un bajorrelieve de cuero, de un hombre con rostro aquilino y tocado con un casco. El cuero estaba algo gastado, como si lo hubieran frotado durante largo tiempo. No había gran cosa más en los muros.»
Cómo no podía ser de otra manera, las piezas (nuestros protagonistas) son reunidos en un tiempo y espacio, listos para entrar en acción, que han tenido el tiempo necesario para perfeccionar sus habilidades, antes de que el dragón despierte.
Recorremos Francia, Inglaterra, Italia recopilando información y pruebas. El viaje se aprovecha para entablar conversación con los personajes históricos más importantes: Luis XVI de Francia y Enrique VI de Inglaterra. Personajes secundarios tenebrosos (brujos poderosos y vampiros inmortales, entre otros) complementan la variopinta corte de cada rey.
Pon mucha atención porque los personajes tienen un alias y el autor no ha sido amable al combinar ambos nombres de manera indiscriminada, además de que nuestro cuarteto se divide en dos grupos, realizando un viaje a Francia y el otro a Inglaterra con la misión de evitar que el dragón rojo abra los ojos y levante la cabeza; aquí veras como los personajes utilizan sus habilidades para resolver, curiosamente los grupos se complementan y los retos requieres el uso puntual de esas habilidades, interesante habría sido que los problemas fueran resueltos de otra manera.
Las misiones cobran su cuota de dolor y cada uno de los responsables tendrá que pagar con lo que tenga a la mano: el dolor físico para la dottonira y el brujo, el dolor moral y mental para Ducas y el doctor alemán. En el camino nuevos personajes se van sumando a la historia, para la narración de las historias secundarias.
Tercera parte.
Citas:
«Cualquier ciudad del tamaño de Londres debe contener toda clase de gente y creencias, y a finales del año todos encuentran algo que celebrar: el alargamiento del día después del solsticio, la noche más larga (y las cosas perdidas que se encuentran en ella), el nacimiento de Mitra, la Saturnal, el cambio de año con todas sus implicaciones sociales, numerológicas y astrológicas, el duodécimo mes del refugio ciudadano que hizo del siervo o del villano un hombre de ciudad, transformando su vida de labor rural en otra de pobreza urbana.»
«Pero cuando los hombres de Stanley les golpearon de modo inesperado, el modelo se vio repentinamente alterado: algunos bizantinos murieron, enviando latidos de energía hacia los nervios del dragón, y otros empezaron a desear más energía, temerosos de alguna traición y aún más temerosos de morir. Los hombres de Stanley habían intentado igualmente unirse al dragón, pero ahora se parecían más a una lamprea, pegados a sus costados, chupando su fuerza.»
Esta última parte nos relata desde el punto de vista mágico la batalla de Bosworth: el dragón rojo en pelea con el dragón blanco. Cuando el dragón despierte.
La cuesta abajo para Ricardo III comienza y nuestros personajes son piezas importantes para ello, tanto en el campo de batalla como en la diplomacia que el rey intenta hacer.
Los personajes históricos y los ficticios se dan la mano y mantienen conversaciones que controlan la dirección por donde la historia recorre: complots y traiciones, vampiros y brujos de un lado y otro. Cuando el dragón despierte.
Nota importante.
Justiniano (emperador cristiano) deja que el paganismo retome su lugar en la historia de este mundo. De esta manera tenemos a los doctores florentinos que tiene como figura principal a Minerva, a los sacerdotes jesuitas que tienen en Mary, una curandera creyente, su mejor exponente; Hywel un brujo poderoso con los conocimientos de los druidas. Cuando el dragón despierte.