Hemos de ser sinceros con nuestras emociones y validar las emociones de los demás. Sí, es lindo enamorarse, sentir esas mariposas en el estómago, entregar una parte de tu corazón a esa persona especial. No lo niego, queremos que lo que estamos experimentando se quede por siempre, que no cambie, que no evolucione, ¿para qué si nos encontramos a gusto en esta posición?; sin embargo las relaciones interpersonales van modificándose día a día, se van conociéndose más a fondo, y ¿qué crees? La monotonía llega y se planta.
El vínculo emocional existente entre tú y la otra persona se ha desgastado. Son pruebas que existen en todas las relaciones, es ese punto al que nadie quiere llegar; no importa si la otra persona ha encontrado a alguien más, o sólo quiere saber quién es estando fuera de la relación. Y te pide distancia.
Si tú te encuentras en la situación de querer atesorar lo que un día fue, ten en cuenta que la relación es una barca, en la cual se debe remar en ambos lados, si tú eres la única persona que está dando todo de sí para que la barca se dirija a buen puerto, solo estarás dando vueltas con tu pequeña embarcación, porque se trata de esforzarse los dos, mirando a un punto fijo al cual los dos intentarán llegar, a su verdadera meta.
Si te encuentras en esta situación, evita argumentar el porqué debe quedarse, el recordar lo bello que fue esa relación, el explicarle que nadie más le querrá como tú, evita victimizarte; ya que esto sólo hará que la otra persona sea más firme en su decisión.
Te diré algo: La vida no se detiene por una persona. Es mejor guardar aquellos momentos bellos que viviste con aquella persona, que crear una pesadilla para ambos.
Tú tienes la fuerza, tienes todo el poder.
Y, así como decía mi madre: Nacimos solos, y solos moriremos. (No aplica en el nacimiento de gemelos o embarazos múltiples).
Estabas bien antes de conocerle, estarás bien, aún en su ausencia.