Desde que tengo el uso de razón, de verdadera razón y entendimiento, he puesto ojo en una frase muy mencionada por muchas generaciones atrás hasta el día de hoy. Esta frase es genial porque ayuda a expandir la mente (solo de quien de verdad lo desea o quien tiene mayor interés en ello) ¿Cuál es tu misión de vida?
Desde que retumbó esto en mí fue como armar un rompecabezas en mi mente. Confundí muchas veces esto con Propósitos o Metas de vida, pero en lo particular, pude notar que una Misión de Vida va más allá de simples logros y éxitos personales. De acuerdo a mi criterio, cuando dejas de ver sólo por tus propios intereses para compartir con los demás, se tiene mayor valor espiritual en uno mismo.
A esto me refiero cuando compartes tiempo, conocimiento y experiencia que ayude a trascender a demás personas. Puede que No tenga sentido esto que menciono, incluso puede parecer ilógico, pero ¿qué mérito tendría en mí ser mejor persona solo con quienes me rodean? O salir a correr todos los días respirando aire tóxico para tener un cuerpo sano, me parece igual de incongruente como tener el tiempo para todo y para todos, y porcionarlo con quienes de verdad me necesitan.
Mi misión de vida es romper con los paradigmas que nos limitan, desde el cambio de rutina, al cambio de hábitos y de pensamiento. La vida es la mejor universidad que solo se le aprende si tienes los ojos abiertos y el oído atento. ¿Como pedimos un mejor mundo, si solo se lo dejamos a los políticos y a Dios para que intercedan? ¿Que estamos aportando nosotros como seres vivos y como personas? Exigimos cambios para el bienestar social, pero no paramos de contaminar, dañar, de desviar la mirada cuando se nos pide solidaridad, y entre un sin fin de defectos aparentemente incorregibles.
No me considero modelo a seguir de tiempo atrás,
pero el primer paso lo di cuando por fin tuve el valor de mirarme al espejo y reconocer cuales fueron mis fallos desde entonces, sobre todo, que he estado aportando o dejando de hacer para cambiar el rumbo al que vamos acelerando nuestro exterminio. Se que puedo estar sonando exagerado, pero bastó solo con poner mayor atención en el mundo al que le estoy dejando a mis hijos. Pienso que para pasar a mejor vida no hace falta con esperar la muerte.
Solo basta con ser parte de un cambio, de aportar más en lugar de solo exigir, de escuchar más y hablar menos, perdonar y olvidar para dejar de alimentar el orgullo que nos consume hasta que se convierte en enfermedad. Empaparnos de empatía sería definitivamente una gran solución.
Soy creyente de que el mundo No lo podré cambiar por decirle lo que pienso, pero si logro hacer conexión con otra mente sé que estaré cerca del objetivo. Mi misión de vida comenzó de un tiempo para acá para brindar esperanza a nuestros hijos y su descendencia; y no solo para ellos, si creemos en ello y transmitimos el mensaje, sería nuestro pequeño Gran aporte para la humanidad…
Un Abrazo Enorme