Con una frágil salud, no se puede hacer gran cosa, encriptado en espacios y entornos contaminados y contaminantes, resulta una salida en falso desconectarse de los medios y los móviles, es necesario sentir que seguimos respirando, pensando, vivos y activos en un clan, en una comunidad, por más pequeña que sea.
Las redes y la televisión repletas de basura informativa, consumista, frívola, incitadora a la violencia, a la discusión absurda, estúpidamente polarizadora, que no entretiene, ni resuelve ni propone acuerdos o pactos para el cese de las hostilidades de la humanidad.
La náusea aparece espontánea igual a la sensación del estornudo, como reacción natural al ambiente perturbador, toxico, en que se mueve la humanidad en estos albores de la segunda década del nuevo siglo. Un clima tan agitado, intenso, incierto, jamás lo imaginamos hace cincuenta años, cuando en los pueblos mexicanos gozábamos de cabal salud física y mental. Las familias, los vecinos se conocían, se ayudaban y convivían en santa paz.
El planeta entero entró en un tobogán decadente imposible de frenar en la caída, la humanidad con una increíble locura y tozudez continua apostando por el conflicto y la descomposición que nos llevará irremediablemente a la autodestrucción lenta o acelerada.
La muerte individual o el suicidio colectivo puede ser el final de un pronóstico anunciado, sino revertimos daños, nos ocupamos de la sanación, cumplimos las normas de la convivencia internacional y hasta la vecinal, y le bajamos a nuestros sueños personales de grandeza y a la enfermiza ambición depredadora de vidas y riqueza.
La felicidad de uno o algunos no puede sostenerse en el atropello y el sufrimiento de los demás.
Pereciera que el corazón, ese musculo vital, donde nacen y florecen los sentimientos, con el paso el tiempo se ha endurecido, se ha vuelto un corazón frío, ajeno a las emociones de otros, un órgano de hielo, completamente insensible al dolor, a la tristeza de cualquier ser que lo rodea. La peor prueba es la guerra entre hermanos, causante de desolación y muerte, como se está viendo en el presente, en la Europa Oriental.
Cold heart (Corazón frio), es un emblemático tema del genial compositor y cantante Elton John, que condensa algunos pasajes de su historia musical, pero ahora se une la voz de la Londinense Dua Lipa, y es uno de los temas más escuchados en estos días.
La genialidad de las letras del británico, se mezcla con una de las voces del Pop en inglés más impactantes de la época. La canción de corte romántico, narra la historia del final del amor de una pareja, sin embargo la distancia no tiene que sentirse como un sacrificio para alguno de los dos. Son los nuevos tiempos en el amor, las formas del amor también han evolucionado. Las recientes generaciones están creando sus propias claves y códigos. No ocurre lo mismo en los ambientes sociales porque ahí se filtran intereses mezquinos de almas perversas que perturban y pervierten la convivencia humana. Hasta la próxima.
in memoriam del Luis Humberto, escritor y guerrero incansable, que predicó siempre por los valores y buenas costumbres en los seres humanos.