¡Hola a todos! Soy Miguel, y hoy quiero contarles sobre una conversación que me dejó pensando durante días.
En nuestro último episodio de «Escritores entre paréntesis», Trodos y yo tuvimos la suerte de charlar con Facundo, un escritor que me voló la cabeza con su forma de ver la escritura. ¿Saben esa sensación de cuando alguien dice algo y es como si te encendieran una luz en el cerebro? Bueno, eso me pasó varias veces durante la entrevista.
Facundo nos contó que a veces escribe porque está… ¡aburrido! Sí, así como lo oyen. Me hizo pensar en todas las veces que me he quejado de no tener inspiración, cuando tal vez lo que necesitaba era un poco de tedio para que mi mente empezara a divagar.
Pero lo que más me impactó fue cuando habló del cuerpo y la escritura. Nos contó cómo a veces, solo decir una palabra en voz alta le daba felicidad. Me acordé de todas las veces que he releído algo que escribí y he sentido un cosquilleo en el estómago. ¿Les ha pasado?
Trodos, con esa capacidad única que tiene para hacer que la gente se abra, logró que Facundo nos contara cómo la escritura lo ha ayudado en momentos difíciles. Me hizo pensar en mi propio diario, ese que guardo en el cajón y que a veces es mi mejor terapeuta.
Y cuando Facundo habló de publicar su primer libro en plena pandemia, casi pude sentir sus nervios y su emoción. Me recordó que detrás de cada libro hay una persona que se atrevió a compartir un pedacito de su alma con el mundo.
Esta charla me dejó con ganas de escribir, de experimentar, de jugar con las palabras. Y espero que a ustedes también les pase. Porque si algo me quedó claro después de hablar con Facundo es que la escritura no es solo cosa de «escritores», es algo que todos podemos usar para entendernos mejor y para crear mundos nuevos.
Así que los invito a que escuchen el episodio. Tal vez encuentren esa chispa que necesitan para empezar a escribir, o quizás solo disfruten de una buena charla sobre el arte de juntar palabras. En cualquier caso, me encantaría saber qué piensan.
Y quién sabe, tal vez el próximo libro que leamos sea el de alguno de ustedes. ¡A escribir se ha dicho!