En una de tantas rancherías de Michoacán se encontraba una mujer sola con su hijo esperando a su marido, cuando a las 3 de la mañana le tocan la puerta y al preguntar si era su marido sólo recibe como respuesta el silencio, pero de pronto empiezan a golpear todas las puertas y ventanas, ella se puso a rezar.
La siguiente historia llegó a Mitos y leyendas de Monterrey y del Mundo y la relata por Pepe Monsiváis mencionando que el siguiente hecho le sucedió a su abuela y nos dice: “Mi abuela es de un pueblo rural de Michoacán. Estaba recién casada con mi abuelo y criando a su primer hijo. Cabe señalar que en esa ranchería las casas estaban bastante separadas unas de otras.»
Eran alrededor de las 3:00 am cuando tocaron la puerta
«Mi abuela cuenta que una noche, alrededor de la 1:00 am, no podía dormir porque mi abuelo no llegaba. Estaba muy preocupada, así que decidió no dormirse hasta que mi abuelo llegara sano y salvo.
Eran alrededor de las 3:00 am cuando tocaron la puerta. Ella estaba sola y no se arriesgaría a abrir sin saber si era mi abuelo. Así que preguntó: —Félix, ¿eres tú?, —Félix era el nombre de mi abuelo, pero nadie respondió. Volvieron a golpear la puerta y mi abuela repitió la pregunta: —Félix, ¿eres tú?, ¡Sólo respóndeme para abrirte! —Un gran silencio se apoderó de la casa. Mi abuela, llena de temor, abrió la puerta pero no había nadie. Cerró rápidamente y se puso a rezar un Padre Nuestro.
De pronto, empezaron a golpear la puerta, las ventanas, el techo, absolutamente todo. Mi abuela dedujo que eso no era algo bueno y siguió rezando. Mientras rezaba, afuera se escuchaban carcajadas cada vez más fuertes, como las de un hombre. Mi abuela no dejaba de rezar y, al cabo de unos segundos, los golpes y carcajadas cesaron. De pronto, una voz ronca y enojada dijo: —¡Cállate! ¡Ya me voy!
Mi abuela se desmayó, o al menos eso cree, ya que sólo recuerda que mi abuelo la despertó poniéndole alcohol. Al preguntarle qué había sucedido, mi abuelo dijo que la encontró desmayada con el rosario en las manos. No volvió a ocurrir, pero mi abuela lo recuerda como si hubiera sido ayer”.
¿Sería un brujo, un demonio o el mismo diablo quien quería llevarse al bebé? Ya que cuentan que a las 3:33 de la mañana es la hora del diablo y dice la gente que usan a los infantes para sus aquelarres y adoraciones satánicas.
Gracias a Dios la abuela se encomendó a Dios y empezó a rezar, de no haber sido así tal
vez hubiera cambiado esta historia. ¿Tú qué piensas? Déjanos tus valiosos comentarios.