El poder de la fe

“Es pues la fe, la certeza de lo que espera y la convicción de lo que no se ve” (Heb 11:1). Y conociendo así la palabra de Dios fue como los últimos 21 años de mi vida aprendí a andar por fe…Hay quienes cuestionan y dicen que creer en Dios es cobardía y pérdida de tiempo implica la pereza de no ponerse a trabajar y esperar que del cielo nos llegue respuesta a nuestra necesidad.

Y nada está más equivocado.

TODOS TENEMOS UNA MEDIDA DE FE QUE PONEMS EN PRÁCTICA TODOS LOS DÍAS
Cuando vamos a dormir, lo hacemos con la casi certeza de que mañana amaneceremos y podremos trabajar en lo que tenemos planeado hacer, cuando nos sentamos en una silla; no titubeamos dudando si la silla nos sostendrá o sus patas se romperán y caeremos, cuando abrimos la llave de la regadera, tenemos la certeza de que va a salir agua para tomar una ducha, cuando metemos la llave en el carro, sabemos que ciertamente el motor arrancará…ESO ES UNA MEDIDA Y MUESTRA DE FE

No titubeamos, no pensamos si la silla se caerá, no venimos pensando que lo peor pasará, actuamos en fe creyendo que cada cosa cumplirá su labor, ESO ES FE

Es que fe no es solamente que Dios abra el mar a nuestros ojos, fe no es que del cielo llueva maná, fe no es que de las tumbas se levanten muertos…por fe también cada día recibimos la luz del sol, respiramos, caminamos, por fe nos alimentamos con la confianza que los alimentos nutrirán nuestro cuerpo, y no lo hacemos pensando que nos harán mal. Fe no se trata de grandes milagros, fe se trata de cada episodio de nuestras vidas, de cada paso, de cada acción, fe implica actuar pensando que lo que anhelamos pasará.

¿PERO EN QUIEN TENGO MI FE? ¿CREO EN DIOS O LE CREO A DIOS?

En estas dos preguntas radica la dirección de nuestras vidas, de nuestra fe, de nuestro vivir.
Aún el que se dice ateo tiene fe, cree en él mismo y su capacidad para lograr, o cree en las vibras, o en las energías…eso es fe

PERO YO, YO LE CREO A DIOS porque he visto su mano cada día de mi vida, nunca tarde o temprano como se suele decir, “A TIEMPO, DIOS SIEMPRE LLEGA A TIEMPO” en el momento que el alimento escasea, o el último peso está en la bolsa, cuando me ofenden y quedo callada, cuando hay una enfermedad…”A TIEMPO, DIOS SIEMPRE LLEGA A TIEMPO” y siempre logra sorprenderme, siempre logra hacerme ver que ciertamente ÉL HACE CAMINOS DONDE NO LOS HAY.
Si creo en mí, sin duda me voy a decepcionar, si creo en mi esposo, tarde o temprano me va a fallar, si creo en mis hijos; algún día harán algo que me va a lastimar…pero creer en Dios, creerle a Dios, esperar en Dios…eso es de valientes.

IMAGINATE LA AVENTURA DE NO SABER CÓMO LLEGARÁ EL NUEVO MILAGRO, LA SANIDAD, EL SUSTENTO, EL ABRIGO O EL PAN
La fe es una certeza de algo bueno que simplemente las palabras no pueden explicar, la fe es la experiencia de Dios haciendo camino, de Dios cuidando de ti, la fe es la certeza que te lleva siempre a estar expectante de cosas buenas que un Dios de amor tiene destinadas para tu vida.

¡LA FE ES AVENTURA!
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan. (Heb 11:6)
Te invito a poner por obra tu fe, a actuar creyendo que Dios hará, a hacer todo lo posible, para que cuando ya las cosas no están en tus manos, dejes que Dios haga lo imposible.

¿Tienes una petición que está poniendo a prueba tu fe?

Solamente cree que Dios hará, cree en la fe de que Dios escucha tu oración, trabaja como si todo dependiera de ti…cree como si lo que necesitas solamente lo puede hacer Dios.