Todo empezó al ver una nueva sección en lo que todos conocemos como Facebook “Parejas”. Había visto Tinder, Match y otras tantas páginas que te ofrecen conocer al amor de tu vida, pero nunca te avisan que tiene un costo y es monetario. Pueden ver tu perfil, pero si quieres conocer más y ver quién se interesa en ti, tienes que pagar por una suscripción premiun.
El amor cuesta. Te llegan solicitudes y empiezas a depurar: está muy gordo, muy feo, tiene hijos, éste parece que quiere que lo mantenga, muy viejo, muy joven; le pones pero a todos según tu forma de ver la foto y su poca descripción.
Ves un perfil y le das “me gusta “ y empieza a haber comunicación. Mensaje de saludo, un poco de gustos, afinidades y te preguntas ¿realmente encontré al amor de mi vida? ¿Encontré a mi media naranja???
Por la televisión he visto muchos programas donde parejas se casan y se dicen felices ¿eso me va a pasar a mí?
Siempre fui muy reacia a este tipo de relaciones. Aún después llevar mucho tiempo de conocidos, amigos o novios no sé llegan a conocer por completo, empiezan los problemas, las desconfianzas, los celos. ¿Y si la relación empieza por internet? ¿Ojos que no ven corazón que no siente?
Hemos visto también perfiles falsos donde engañan a jovencitas y después resulta que por seguir esa fantasía del amor cibernético terminan en prostíbulos o peor: tres metros bajo tierra.
Sólo te pido que analices muy bien la situación, si vale la pena, adelante. Si no, es válido echarse para atrás. La verdad yo prefiero las relaciones a la antigüita, con personas que están al alcance de mi mano y no con un click.