Tenemos frente a nosotros todo un mundo de opciones para alimentar nuestra mente, cuerpo y espíritu. Y somos nosotros los responsables de elegir qué queremos consumir.
Esta mañana me encuentro con algo que me pareció tremendamente triste. Tendencia número uno en Twitter, el pleito del señor Alfredo Adame con alguna conductora de televisión y algunos otros personajes del mundo de la farándula.
Cuando vi esto, pensé «¿es en serio que la gente esté invirtiendo sus neuronas en esto? Y pues si, hasta yo misma lo estoy haciendo en este mismo instante. ¡Qué lamentable!
Estar frente a un servicio de buffet con todo tipo de alimentos. Desde las más abundantes y nutritivas ensaladas, frutas cuidadosamente seleccionadas y platillos perfectamente balanceados, hasta comida chatarra llena de productos nocivos que parece estar ahí para llenar algunos vacíos emocionales y nada más. No debería ser difícil elegir qué consumir.
Si ya tengo la capacidad y fuerza para sostener un plato en una mano y en la otra la cuchara de servicio, se supone que tengo también la capacidad y sabiduría necesarias para tomar lo que es conveniente para mi salud física.
Lo mismo sucede con nuestra salud mental y emocional. Tenemos frente a nosotros todo un menú de opciones. Sitios web, libros en las repisas de la casa y en las bibliotecas públicas, programas de radio y televisión.
Y teniendo tantas oportunidades de alimentarnos de manera saludable ¿Por qué eliges el estar acumulando basura para tu cuerpo, mente y espíritu?
Tú eliges el menú del día.
Consumir basura no es saludable. Si consumes alimentos descompuestos terminarás vomitando.
Lo mismo sucede con lo que permites que entre en tu mente. Si la alimentas de información tóxica, tarde o temprano saldrá por tu boca en forma de ideas estúpidas, palabras vulgares y sin sentido, argumentos sin fundamento y conversaciones negativas y de fracaso o mediocridad.
Cuida lo que consumes, cuida lo que ves, lo que escuchas, lo que lees. Elige de manera responsable y deja de estar acumulando basura.