Al no pagar la colegiatura no se dejaba presentar a los alumnos en la Universidad, pero el abuelo de uno de los alumnos llegó para que lo esperaran ya que había estado enfermo y que muy pronto iban a realizar el pago, lo extraño es que días después se dieron cuenta que tenía un mes de muerto.
Esta historia la mandó la Sra. Consuelo Gurrea a un grupo de relatos de terror y lo compartieron a Mitos y Leyendas de Monterrey y del Mundo y es tan interesante y misterioso que les mostramos su relato.
Consuelo Gurrea nos relata: «Esta historia es totalmente cierta, no es cuento ni invento, yo era directora de una universidad y mi sobrina Cristina, que es Contadora, estaba en ese tiempo en la caja.
Su abuelo era quien costeaba sus estudios
Uno de nuestros alumnos vivía con sus abuelitos y su abuelo era quien costeaba sus estudios. Religiosamente, los días primero de cada mes el abuelito llegaba y pagaba la colegiatura; de pronto, pasaron dos meses que no se presentó a pagar, iban a comenzar los exámenes y no se les permitía entrar a los jóvenes si no tenían cubiertos sus pagos.
Cuándo estaban sacando la lista de los deudores llegó el abuelito y le dijo a la contadora: —mire señorita, quiero pedirle que le permita a mi nieto presentar el examen de hoy, ya su mamá se va a hacer cargo de los pagos, este muchacho estaba conmigo pero ya su mamá vino de EU, disculpe que me retardé en los pagos pero estuve muy enfermo. Ya se arregla todo, no tarda en venir su mamá—. La contadora le dijo que no se preocupara, que el muchacho entraría a examen, que le daba gusto verlo bien y se despidieron.
Al día siguiente llegó la mamá con dos personas más, a disculparse por el retardo en el pago de la colegiatura, le explicó que habían tenido problemas familiares; pero ya ella se haría cargo, mi sobrina le contestó que no se preocupara, que ya su papá había venido a pedir que lo esperaran unos días, la señora le dijo: —¿Mi papá? No señorita, no puede ser, mi papá murió el mes pasado.
—Señora, su papá estuvo aquí ayer—
—Señora, su papá estuvo aquí ayer— respondió mi sobrina, entonces la señora dijo: —Debe haber un error, posiblemente fue mi tío o un hermano—, sacó una foto que traía en la bolsa en donde había varias personas, y dijo: —¿Quién de estas personas vino?— Cristina se quedó mirando la foto y contestó señalando a uno de los señores que estaban ahí: —fue este señor—, la señora dijo: —no puede ser, sí es mi padre y tiene un mes que falleció—.»
En ese momento se miraron a los ojos, estaban desconcertados y no tardaron en aparecer lágrimas, rezos, inquietud y asombro, esta es una más de las historias que la gente cuenta.
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