Hace unos días leí que estaban criticando a un padre de familia porque tenía dinero y su hijo estaba trabajando en un negocio pequeño sin que existiera necesidad económica para él, me encantó escuchar su respuesta cuando lo estaban cuestionando, las palabras que dijo fueron: «es muy fácil darles todo y que ellos se paseen por ahí con el auto o con la bicicleta cara, tendrán muchos amigos y pasearán con ellos, sin embargo en el fondo, ellos saben que ese auto o esa bici no les costó, que ha sido su padre quien la compró».
Esta anécdota me hizo pensar, como padres queremos que ellos triunfen, que no sufran, darles tal vez lo que nosotros no tuvimos, sin darnos cuenta que hacemos seres inútiles, personas que al tener todo tan fácil creerán que la vida es fácil y que no deben trabajar para conseguir lo que ellos desean, y la vida es dura, no debemos como papás ser tan irresponsables y hacerlos dependientes de nosotros, de nuestro sueldo, de nuestra casa, hay que darles alas y motivarlos a que ellos mismos alcancen sus metas, el dinero es bello y con dinero pueden lograr cosas grandes y ayudar a los demás, pero lo más bello es que sean nuestros hijos quienes lo ganen dignamente, con su trabajo y de esta forma cada cosa que ellos adquieran producto de su esfuerzo, valoraran más el esfuerzo que hemos hecho para sacarlos adelante, porque aquel que conoce la experiencia del trabajo se vuelve agradecido.
Entre más pequeños sean mejor, entre los 12 y 13 años en vacaciones creo que son buenas oportunidades para que empiecen a desarrollar habilidades que no les enseñaran en su escuela, esta edad es ideal porque ya son personas más responsables y es esta edad también es la más crítica en donde los amigos pueden inducir a algunos vicios, cuando un adolescente tiene una responsabilidad y sabe que puede ganar su dinero con trabajo y alcanzar sus sueños difícilmente tomará un camino equivocado.
