Año con año es tradición hacer nuestra lista de propósitos para el año que comienza y tal parece que, también es una muy arraigada tradición que en el primer trimestre nos demos cuenta de que no hemos ni siquiera comenzado con nuestros proyectos.
A veces iniciamos con mucho entusiasmo para cumplir el compromiso que hemos hecho con nosotros mismos, sin embargo, a mediados de año nos cansamos, renunciamos y tiramos todo a la basura.
Posiblemente te suene familiar lo que describo en los párrafos anteriores. Si es algo que te sucede con frecuencia, quizás sea buen momento para poner en orden algunas ideas, por ejemplo, puedes comenzar por confiar en ti y en tus capacidades.
Fuiste diseñado para triunfar, no desperdicies tus talentos.
Es importante que creas con absoluta convicción de que fuiste diseñado para triunfar y que tú puedes ser, hacer y tener todo lo que te propongas.
Tendrás que trazar un plan, ponerle acción, compromiso y disciplina. Planea tu trabajo y trabaja tu plan. Y si ya lo has intentado pero no te ha funcionado, tal vez debas hacer algunos cambios, pues es posible que no tengas bien definidos tus objetivoso o que no sean metas que realmente te motiven como para esforzarte lo suficiente hasta lograr materializarlas.
Un año diferente, una oportunidad especial.
Si este año tampoco cumpliste con tus propósitos de año nuevo, probablemente quieras utilizar la justificación de la pandemia, la cuarentena y todas estas circunstancias que fueron nuevas para casi todos nosotros, y que nos llevaron a hacer varios ajustes en nuestra forma de vivir el día a día.
Pero por favor, no te quedes estacionado en la justificación del por qué no realizaste tus sueños. Este año también nos dio la oportunidad de descubrir nuevos talentos en nosotros, poner nuestro ingenio en práctica para resolver las situaciones a las que la mayoría de nosotros jamás nos habíamos enfrentado. Este año nos mostró que somos más fuertes de lo que creíamos ser.
Algunas de las lecciones que debemos recordar por siempre son, por ejemplo, que debemos tener un plan “B”, porque las circunstancias pueden cambiar cuando menos lo esperamos.
Considera tener un fondo de ahorro para situaciones tales como el quedarte sin empleo repentinamente, así como también tener distintas fuentes de ingresos.
Incluye en tus propósitos de año nuevo el mejorar tu salud física y mental, pues esto te ayuda a ser más resistente a las enfermedades como lo que estamos viviendo en estos momentos.
Y por último, pero quizá lo más importante, es valorar y amar a nuestra familia, a nuestros padres, a nuestros hijos, a las personas que tenemos en nuestro entorno. Hazles saber, día tras día, lo importantes que son para ti, porque nunca se sabe cuántas veces más podrás decirles un “te amo”.
[…] Tú puedes elegir el menú del día, y actuar en pro de tus sueños y deseos. Si te bloqueas pensando que quizá mañana podrías no despertar, lo más seguro es que, en caso de que sí despiertes (que será lo más probable) no estarás preparado para disfrutar y aprovechar todas las oportunidades de ese nuevo día, y lo dejarás pasar como un día cualquiera, desperdiciando tiempo precioso que nunca va a regresar. […]