En este mundo en el que el amor es de las cosas más extrañas que pueden suceder entre un hombre y una mujer relatar está historia resulta como un cuento de hadas, de esos cuentos que nuestras abuelas, tías o madres nos platicaban, muchas de ellas diciendo yo viví un amor así, yo desee un amor así o yo tengo un amor así; hay historias que parecen sacadas de una dulce novela, esta precisamente no se escribió en este siglo, sino en un pasado que parece borrado con goma de migajón y que hoy a la luz del tiempo parece no haber existido. Mi abuelo siempre les decía a sus hijos a mis 16 años conocí a tu mamá; más que mi abuelo Macario como se llamaba él era mi padre, un hombre de carácter fuerte, de aquellos que te contaban las más raras historias, como cuando nos dijo que se le aparecieron tres señores vestidos de blanco justo en la sala de la casa, ese era Macario el mejor padre que pude tener por eso esta historia es de él, de su historia más bella de amor con mi abuelita, Carmen, cuando nací habían apenas pasado unos cuantos años de que mi abuelita falleció nunca la conocí pero por mi papá Macario me hizo conocer a Carmen perfectamente, pude conocer la sencillez de mi abuela, su elegancia, su buen gusto, la mujer protectora que siempre fue con su familia y sin duda alguna su belleza que la caracterizaba.
Desde muy niña comencé a tener el oído para la buena música, mis primeros recuerdos es estar en la cocina de la casa escuchando el fonógrafo con mi papá y mi tía, de entre todas esas canciones había una principalmente que mi papá Macario se adjudicó como esa es mi historia de amor, 16 años de Julio Iglesias era la canción con la que tantas veces lo escuche y vi llorar recordando a su amada Carmen.
Mi abuelo decía que se conocieron allá por el 39, aquellos tiempos en el que había explotado la segunda guerra mundial, se estrenaba en cines lo que el viento se llevó, durante esos años mi abuelo era chofer de un camión y por las tardes trabajaba en un taller mecánico junto a su querido amigo “chumino”.
Nunca supe reamente como era su noviazgo pero sé que duraron cuatro años de novios, que iban muy seguido a los famosos cafés de chinos, que siempre disfrutaban del imperdible café lechero, ahora creo que por eso cuando escuchaba esa canción del tan emblemático Julio Iglesias mi abuelo parecía que estaba viendo a su Carmelita, porque como dice la canción nunca olvido las horas que pasaron juntos en aquel café, tan solo el hecho de poder imaginar ese mundo lejos de la fastidiosa tecnología, de amores de cartón y de palabras vacías, tan solo imaginar ese mundo que nos contaba Macario en el que se enamoró de verdad, era algo simplemente increíble.
Posteriormente a sus cuatro años de noviazgo se casaron, a la fecha sigue existiendo esa fotografía antigua de la boda de los abuelos, con esos peinados de la época, con el vestido blanco de novia digno de una boda católica como debía ser; decía mi papá Macario que por muchos años siguió trabajando en el camión, por algo siempre le gustaba ver la película de David Silva esa de “Esquina bajan”, porque otra de sus grandes aficiones era el cine mexicano sobre todo ese era la época de oro, la música y el box, incluso en la casa no podía faltar la pera de box donde mi papá entrenaba muy frecuentemente, no se para que precisamente creo que era una alma vieja que debía estar lista para los golpes que la vida le fuera a traer.
Por muchos años Carmen y Macario construyeron un imperio familiar, con muchos hijos, tuvieron once, aunque eran pocos para los que se debían tener de acuerdo a la época; mi abuelo siempre dijo ser muy feliz tal y como lo había soñado, creo que muchos dijeron que tenía un carácter fuerte pero era apenas el que debía tener el hijo de una mujer revolucionaria ya que siempre nos contó que su madre andaba en esas bolas de aquellos días.
Justo cuando estaba a tres dias de mi cumpleaños, Macario enfermo, cumplí 7 años mientras la casa olía a tristeza y melancolía, estábamos rezando los rosarios y yo estaba cumpliendo años, se fue muy antes de lo que se tenia planeado, a muy corta edad para mí, a veces pienso lo que hubiera sabido de él si es que no se hubiera marchado tan pronto, mi padre nos dejo mientras en ese panteón le pusimos su canción 16 años para que la espera no fuera tanta y lo antes posible se encontrara con su gran amor.
Hoy solo tengo el recuerdo de una historia de amor que yo no viví pero que se quedo por el resto de mis días en mi corazón y sobre todo tengo en mi la imagen de mi abuelito, de mi papá Macario, desde su partida y hasta ahora a mis veintitantos años, he comprendido que cuando una persona se marcha no se va del todo queda en la memoria por siempre y hoy en estas líneas que comprenden solo un texto escrito con amor envolviendo una dulce historia que ocurrió hace mucho tiempo cuando tenia 16 años.