Hola a todos. Hoy quiero compartirles algo muy personal. ¿Saben? Nuestra casa, ese lugar donde mis dos princesitas de 3 y 1 año han dado sus primeros pasos, donde mi esposa y yo hemos construido un hogar… está en remate en el norte de Mérida.
No, no es fácil. Cada rincón guarda una historia, una sonrisa, a veces hasta alguna lágrima. Pero la vida nos lleva por nuevos caminos y es hora de pasar la estafeta.
Podrían pensar: ‘¿Por qué nos cuenta esto?’. Simple. Porque no deseo vender solo una casa. Quiero encontrar a alguien que entienda que está comprando mucho más que paredes y techo.
Sí, es un remate de casa en el norte de Mérida. Pero ¿saben qué? Es una oportunidad. Para ustedes, para nosotros. Para darle nueva vida a un espacio lleno de amor.
Me imagino a otra familia aquí. Quizás ustedes. Llenando de nuevas risas estas habitaciones, plantando sus propios recuerdos en el jardín donde mis hijas jugaron.
Así que les pregunto, ¿se imaginan construyendo sus propios recuerdos aquí?
Les comparto un poco más sobre este hogar que tanto queremos:
Son 236 metros cuadrados de risas, sueños y posibilidades. Tres recámaras donde hemos contado cuentos antes de dormir, cuatro baños (sí, cuatro, porque con niñas pequeñas, créanme, se necesitan), y un medio baño para las visitas.
La cochera tiene espacio para dos autos, perfecto para esas salidas familiares de fin de semana. Y ni les cuento de la piscina… ha sido testigo de incontables chapuzones y tardes de diversión.
Originalmente, el precio era de 4.2 millones. Pero como les dije, la vida a veces nos lleva por caminos inesperados, y ahora estamos ofreciéndola en 3.5 millones. Sé que suena a mucho, pero cuando pienso en todos los momentos que hemos vivido aquí, me parece un precio pequeño por tanto amor.
No quiero que esto suene a un anuncio frío de bienes raíces. Quiero que sientan lo que nosotros sentimos por este lugar. Por eso, si esto les ha tocado el corazón, si pueden imaginar a sus hijos corriendo por el jardín o compartiendo cenas en familia en el comedor, contáctenme directamente.
Nada de intermediarios, nada de formalidades innecesarias. Solo ustedes, nosotros, y la posibilidad de darle continuidad a una historia hermosa.
Pulse el botón de abajo para escribirme por WhatsApp. Conversemos, conozcámonos, y quien sabe… quizás estemos a punto de iniciar algo maravilloso.
Porque al final del día, no estamos vendiendo una casa. Estamos pasando la antorcha de un hogar. ¿Están listos para tomarla?»
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