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Es tan común que cuando va terminando el día nos demos cuenta que no hicimos esa llamada importante, ni enviamos aquel mensaje que prometimos ni el documento que ofrecimos enviar hace tres días.

Nos consumen las distracciones y las necesidades de otras personas.  Es facilísimo contestar una llamada y después quedar atrapados leyendo mensajes en WhatsApp, viendo lindos videos motivacionales o memes en Facebook. 

No significa que todo eso sea perjudicial, sino que todo eso debe tener un tiempo y espacio después de nuestras tareas importantes. 

Así como atender las llamadas y mensajes de quienes nos necesitan, o los favores que personalmente nos piden los que están a nuestro derredor.  Sí, todo eso es importante, siempre y cuando tengamos presente que primero debemos resolver nuestras prioridades.  Obviamente hay situaciones de emergencia o situaciones que requieren nuestra atención inmediata, por ejemplo, cuando nuestro hijo nos pide su almuerzo (cuando es pequeño… si ya es un joven seguramente ya no nos necesita con urgencia para almorzar).  Cada distractor o tarea que nos desvíe del plan del día, debe ser rápidamente analizada “¿realmente debo resolverla en este momento?” “¿realmente debo atenderla yo?”

Un hábito que nos lleva pocos minutos la noche anterior, pero nos optimiza enormemente el siguiente día, y principalmente, nos permite mantener el enfoque en nuestros objetivos del día, es hacer, la noche anterior, una lista de las seis tareas más importantes a realizar el siguiente día.  Seis tareas que debo hacer para avanzar hacia mis metas.

Mi día a día es mi tiempo, mi meta es mi sueño, mi vida y mi éxito son mi responsabilidad.

Preparar mis prioridades cada noche, le darán dirección a cada día.  Y si mantengo el compromiso personal, haré lo necesario para cumplir con cada tarea. Obviamente necesito guardar cierta flexibilidad, criterio para saber qué distractores puedo permitir y cuáles puedo postergar o debo evitar.  Disciplina, respeto por mis tiempos y proyectos, y en la medida que yo los respete, los demás aprenderán a respetar también mi tiempo y espacio.

Planear tu día y seguir tu plan, es tener el control de tu vida y eso te mantiene en la ruta correcta para triunfar.

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